El deporte y los conflictos bélicos tienen puntos de contacto. Además de algunas palabras en común en su léxico, en varias ocasiones las milicias han nutrido sus filas con deportistas. En Gran Bretaña, por ejemplo, durante la Primera Guerra Mundial existió el llamado Football Battalion, cuerpo integrado por futbolistas. También se pueden mencionar albaron Von Cramm y Max Schmeling, opositores al régimen nazi que fueron obligados a combatir en la Segunda Guerra para las tropas alemanas, a John Toro, ex entrenador de la selección de básquet de Puerto Rico y veterano de Vietnam, o a Pat Tillman, jugador de fútbol americano muerto en Afganistán.
Estos son sólo algunos casos, pero hay varios más. A continuación 3 historias de deportistas que, ya sea por decisión propia o forzados, cambiaron los campos de juego por campos de batalla.
Rocky Bleier
La conclusión del médico del ejercito fue lapidaria: “no vas a poder jugar nunca más. Es imposible”. Corría agosto de 1969 y durante un patrullaje en la ciudad de Heip Duc, Vietnam, Bleier, reclutado por las fuerzas armadas tras su temporada debut con Pittsburg Steelers en la NFL, recibió un disparo de un fusil que le atravesó el muslo izquierdo y las esquirlas de una granada se le incrustaron en el pie y la pierna derecha.
Los indicios señalaban que muy tempranamente la carrera de Bleier, surgido de la Universidad de Notre Dame, estaba terminada y las esperanzas eran prácticamente nulas. El quiebre se produjo mientras se encontraba internado en Tokio, a donde lo trasladaron para evitar infecciones, cuando le llegó una postal del dueño de Pittsburg Steelers: “Rock, al equipo no le va bien. Te necesitamos. Art Rooney”. Pese al pequeño gesto, en ese momento para Bleier significó una inyección de ánimo para ver con una mejor perspectiva el futuro.
En 1970 se reincorporó al plantel. Recién el 19 de diciembre de 1971 pudo volver a las canchas ante Los Angeles Rams tras pasar una extensa y complicada recuperación. Con la camiseta número 20 disputó ininterrumpidamente 9 temporadas (1971-1980) con Pittsburg Steelers logrando el Super Bowl en 4 ocasiones (1975, 1976, 1979 y 1980) siendo un jugador importante en ataque. Actualmente Bleier, quien participó como invitado en un capítulo de Brigada A, recorre Estados Unidos dando charlas motivacionales.
Tim James
Como jugador de segunda o tercera línea en la NBA James tenía un aceptable pasar económico, por lo que podía brindarle tranquilidad y sustento a su familia. Jugó tres temporadas en las que totalizó 43 partidos en la poderosa liga estadounidense con las camisetas de Miami Heat, Charlotte Hornets, Philadelphia 76ers y, durante la pretemporada 2002, la de New York Knicks. El básquet también lo llevó a lugares disimiles como Turquía, Israel y Japón. Por eso en una entrevista se describió como «un estereotipo del sueño americano».
Pese a esto quien fue elegido en el puesto 25 en la primera ronda del draft de 1999 por Miami Heat, sentía que necesitaba cambiar el rumbo. Por eso decidió alistarse en el ejercito y como miembro de la Task Force ODIN fue enviado a Iraq. “Cuando escuchaba el sonido de una ametralladora en el medio de la noche intentaba buscar mi arma”, le comentó James, que nunca anotó más de 7 puntos en un partido de NBA, al New York Times sobre sus primeros días en la base militar. Quizás le remitía a Liberty City, un barrio de Miami en donde se crió y en el que era normal escuchar disparos por la noche.
“Recuerdo la primera vez que en un entrenamiento me pusieron en las manos una ametralladora M16. Me puso un poco nervioso. Ahí es cuando me di cuenta que esto es realmente serio. Esto puede tomar la vida de alguien en un instante”, contó James, que durante la estadía en Israel vivió cerca de la frontera de Gaza.
James, que tuvo un tío en las fuerzas armadas, cuenta que la experiencia ganada en las canchas de básquet le es útil: “me ayuda a no entrar en conflicto cuando las cosas no salen como espero”. La unidad en la fue colocado se encarga de realizar trabajos de reconocimiento y vigilancia.
Mientras tanto en casa Betty James, su esposa, intenta explicarle al pequeño Tim Junior que lo que esta haciendo papá no se parece en nada con las largas giras que solía realizar cuando jugaba al básquet.
Juan Gerónimo Colombo
Muchos de los ex combatientes en Malvinas lamentablemente no pudieron encontrar una vía de escape a lo vivido en aquella guerra que marcó a fuego la historia argentina moderna. Otros, en cambio, con muchas piedras en el camino pudieron hallar una salida y reinsertarse a la sociedad. Este es el caso de Colombo, quien gracias al fútbol encontró una manera para rearmar su vida.
Proveniente del Club Pedemales de la liga regional de 25 de mayo, en la provincia de Buenos Aires, llegó a Estudiantes de La Plata de la mano de Carlos Bilardo a fines de marzo de 1982. Casi no pudo entrenar: un par de semanas más tarde estaba en viaje a Malvinas, a donde arribó el 15 de abril. “Siempre hablamos de fútbol. Mi compañero de pozo de zorro, Beto Galán, jugaba en la tercera de Temperley y siempre estaba presente el tema”, le recordó el volante al blog En Una Baldosa.
Colombo estuvo detenido en el Camberra. Con los soldados británicos el fútbol también era cuestión diaria. En el lugar donde los argentinos retiraban la comida habían colocado fotos de Ricardo Villa y Osvaldo Ardines, quienes en ese momento vestían la camiseta del Tottenham Hotspurs de Inglaterra. “Para mi fue un buen gesto de ellos. Un guardia con el que pude hablar me regaló un recorte con una nota a Villa”, rememoró Colombo.
Una vez vuelto de la guerra debió recuperar 9 kilos y curarse de una hepatitis. Por eso recién debutó en la primera en el Nacional de 1983, torneo que finalmente ganó Estudiantes de La Plata. En el Metropolitano tuvo buenas actuaciones en la reserva y el entrenador Eduardo Luján Manera solía tenerlo en cuenta.
Cuando estaba terminado de reponerse de un desgarro y se iba asentando como titular, contra Instituto de Córdoba se rompió los ligamentos cruzados, meniscos y el lateral interno. Fueron 10 meses de baja. Sin lugar en el equipo en la temporada 1986 se fue de Estudiantes de la Plata tras haber disputado 10 partidos.
Se incorporó a Ferro de General Pico, La Pampa, para jugar en el Nacional B. La estadía en el ascenso fue breve: se peleó con los dirigentes y le rescindieron el contrato. Gracias a Luis Islas entrenó en Independiente y en el Logroñés de España, pero no pudo volver a jugar profesionalmente. Aquejado por la rodilla se retiró a los 26 años.
En su Roque Pérez natal Colombo dirige un equipo de fútbol infantil, conduce un programa partidario de San Lorenzo de Almagro en una FM local y fundó la peña “Rubén Cousillas”. Gracias al deporte pudo salir adelante.
Fuentes/Links relacionados
Local Boy Makes Good (Sports Illustrated)
Rocky Bleier, Running Back (Sports Illustrated)
Bleier never gave up on NFL dream (ESPN Page 2)
Former NBA player Tim James finds true calling in U.S. Army (AP)
After a Tour in the N.B.A., a Life of Duty Over There (New York Times)
Colombo, Juan Gerónimo (En una Baldosa)
Fotos: Sports Illustrated/Getty Images/En una Baldosa