En la estación de trenes de Saint Andrews, Escocia, se esperaba con ansiedad el arribo de Young Tom Morris. El héroe local había conseguido algo inédito: ganar 3 veces consecutivas el Abierto Británico de golf. Ninguno de los que llevaron en andas al campeón para celebrar la conquista imaginó que la próxima gran convocatoria en torno suyo iba a ser para su funeral.
Tommy fue un genio precoz que a mediados del Siglo XIX revolucionó un deporte que todavía se encontraba en un proceso de organización y asentamiento. A los 12 años acompañó a su papá Old Tom Morris, destacado golfista de la época, al Perth Open Tournament. No le permitieron jugar, pero gracias a su talento opacó a los profesionales.
Al no tomar parte de la competencia participó en una exhibición con William Greig, jugador de la casa señalado como el proyecto más importante del momento. Las variantes que mostró y el talento del pequeño Morris sorprendieron a los especialistas.
En 1866 el escoses debutó en el Abierto Británico con un noveno puesto sobre 10 participantes. El ganador fue el viejo Morris. El dominio de Young Morris comenzó en 1868 cuando se adjudicó por primera vez el campeonato de golf más añejo del mundo (existe desde 1860). Finalizó con un score de 154 golpes y quebró la marca histórica del certamen. Detrás de él se ubicó su progenitor y es la única ocasión que padre e hijo se repartieron el primer y segundo puesto.
Con un score total de 157 golpes, en Prestwick al año siguiente repitió el título protagonizando otro suceso histórico: hizo el primer hoyo en uno del que se tenga constancia en el Abierto Británico. La habilidad de cuando tomar riesgos y cuando no sumado a un estilo que rompía los esquemas, la madurez y el aumento de la potencia física hacían de Tommy el jugador más completo del momento.
Ya convertido en una celebridad en 1870 Morris se consagró tricampeón del Abierto Británico. Recibió 8 libras de parte de la organización y, como indicaba el reglamento, se adueñó definitivamente del Challenge Belt, cinturón rojo que se le otorgaba al campeón.
Old Tom Morris, con barba, y Young Tom Morris.
En 1871 el torneo no se disputó por la muerte de uno de los principales benefactores y, además, no había premio. Por lo tanto, el Abierto Británico retornó en 1872 con un nuevo trofeo (la Claret Jug, galardón que todavía se entrega). Lo que no cambió fue el ganador: Young Morris, que según crónicas de la época no mostró el mejor nivel. La hazaña de obtener 4 títulos al hilo todavía no pudo ser igualada.
Mientras cosechaba triunfos, Morris se puso en pareja con Margaret Drinnen, nacida en el seno de una familia de mineros inglesa que en 1871 había llegado a Saint Andrews para trabajar como empleada doméstica. Drinnen era 10 años mayor que el golfista y había dado a luz un hijo ilegitimo que murió 8 semanas más tarde. Para poder casarse la pareja escondió el último dato a la iglesia. Al parecer todos estos factores atentaron para que la familia de Morris no aprobara la unión. De hecho no asistió al casamiento.
La vida de Young Morris se empezó a desmoronar el sábado 4 de septiembre de 1875. Aquel día junto con su padre fueron a jugar contra los hermanos Willie y Mungo Park. Cuando finalizaron llegó un telegrama avisando que Margaret estaba muy enferma y que se requería con urgencia de la presencia de su marido. Un lugareño se ofreció llevar a los Morris en yate hasta Saint Andrews, pero ya era demasiado tarde. Cuando acababan de zarpar llegó un segundo mensaje que informaba del fallecimiento de Margaret, que no sobrevivió al parto de un bebé muerto.
Morris no se recuperó de semejante golpe y cayó en un pozo del que nunca pudo salir. Abandonó el golf competitivo y debieron convencerlo para que volviera a jugar de manera informal. Sin embargo, en las esporádicas salidas a las canchas era evidente que había perdido el entusiasmo y que la actitud ya no era la misma.
Un deprimido Morris se volcó a la bebida y la salud empeoraba rápidamente. En la Navidad de 1875 el gran campeón del Abierto Británico murió a los 24 años. Al parecer un inconveniente cardiovascular fue la causa del deceso, aunque no hay que descartar que la profunda tristeza que sentía haya sido la razón de fondo.
En el cementerio de Saint Andrews, ciudad considerada la cuna del golf, una estatua sobre la lápida recuerda al mítico golfista de una gloriosa y trágica vida.
Fuentes/Links relacionados
Life and times of Young Tom Morris, the first superstar of golf (The Guardian)
After all the triumphs, tragedy strikes the young life of Tom Morris (The Guardian)
Tom Morris Jr (Salón de la fama del golf)