Victor Straffin: El japonés de ojos azules

Nació en una aristocrática familia del imperio ruso con un padre que ocupaba un alto rango en las tropas del Zar Nicolás II y sin vinculación con Japón, y mucho menos, con el béisbol. Sin embargo, diversas situaciones políticas, sociales y una vida plagada de tragedias y con puntos oscuros derivaron en que Victor Straffin se convierta en una exótica leyenda del deporte más popular del país asiático.

En la historia de Straffin las complicaciones aparecen desde el principio porque no queda claro cuando Evdokia, su madre, dio a luz. Según el calendario que se usaba en Rusia en 1916 nació el 21 de abril. Después de la caída de Nicolás II se cambió el almanaque y la nueva fecha pasó a ser el 4 de mayo, aunque, aparentemente, lo anotaron el 1 del mismo mes porque era un día fácil de recordar. De todas maneras, la más aceptada por los biógrafos es la del 4 de mayo.

Los grandes problemas comenzaron con la revolución bolchevique. Los Straffin, que habían sido leales al Zar, huyeron a Siberia. Primero Evdokia escapó con el pequeño Victor, de sólo 1 año, y luego se sumó Konstantine, el padre, que se había alistado en las tropas rebeldes. Para reencontrarse con su familia pasó un calvario. Según algunas fuentes, parte del trayecto lo hizo escondido entre cadáveres de muertos por tuberculosis.

Una vez reunidos salieron de Rusia y se recluyeron en una comunidad de refugiados en China, en donde vivieron 5 años hasta que finalmente se instalaron en Japón. Ya en Asahikawa, los Straffin, que el poco dinero que les quedaba lo gastaron en los trámites migratorios, empezaron de nuevo. Lejos de la vida militar, Konstantine vendía telas importadas desde Europa y Evdokia horneaba pan en un negocio local.

Victor, por su parte, en el colegio conocía al béisbol y llamaba la atención no sólo por su aspecto físico (a diferencia de sus compañeros era alto, rubio y de ojos azules), sino también por el juego potente.

Parecía que los Straffin habían encontrado algo de paz, pero fue sólo por un tiempo. En un viaje a Kobe conocieron a Maria, una joven inmigrante rusa a la que contrataron para la nueva casa de té que administraba la familia. Tiempo después, Konstantine comenzó a tener una relación amorosa con ella y la situación se fue de las manos cuando en febrero de 1933 la asesinó. Primero dijo que la encontró con otro hombre y la mató por celos, más tarde dio otra versión. Sostuvo que descubrió que era una espía soviética. Lo concreto es que lo sentenciaron a 8 años de trabajos forzados en la cárcel.

Paralelamente Victor era una estrella del béisbol colegial y las mejores universidades de Japón lo pretendían para sus equipos.

Firma forzada

Matsutaro Shoriki era el dueño del diario más importante de Tokio y observó en la creciente popularidad del béisbol la posibilidad de hacer negocios. El problema era que no existía una estructura sólida y las competencias eran amateurs, con los torneos universitarios como los más convocantes.

En 1931 y 1932 Shoriki organizó dos giras con los jugadores más importantes de la Major League Baseball (MLB) de Estados Unidos. Tanto en lo deportivo como en lo económico la experiencia fue un fiasco. Los japoneses no estuvieron a la altura de las circunstancias y los combinados visitantes prácticamente no encontraron oposición. Por eso, para 1934 Shoriki decidió armar un equipo profesional y Victor Straffin era una de las prioridades.

La misión de incorporar a Straffin no fue sencilla. Al ruso le quedaba un año de secundaria y quería ganar con sus compañeros el campeonato nacional, el torneo más importante del circuito colegial. Sin embargo, la situación familiar era demasiado compleja. Con el padre preso y la casa de té cerrada, abundaban los problemas monetarios y existía el riesgo de la deportación. Además el empresario le prometió que iba a utilizar sus influencias para que a Konstantine le redujeran la pena. Presionado, no tuvo más opciones que firmar el contrato.

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Victor Straffin.

Aquella visita de la MLB en 1934 es vista como un punto de inflexión en la historia del béisbol japonés porque generó mucha expectativa, sobre todo por la presencia de un futuro mito como Babe Ruth, y significó la explosión definitiva del deporte en Japón. Entremezclado en ese plantel aparecía Moe Berg, que aparte de batear era agente de la CIA. Varios historiadores sostienen que en ese viaje cumplió la primera misión que le encomendaron.

En 1936 se puso marcha el béisbol profesional japonés con varios torneos aislados entre sí y recién a partir de 1939 comenzó a jugarse un campeonato único. El nacimiento del nuevo certamen coincidió con el mejor momento de Starffin, que dejó de ser un personaje particular y con un rol secundario para convertirse en figura. En esa temporada con Yomiuri Giants, creado por Shoriki y que es el equipo más popular de Japón, ganó la liga y el premio al jugador más valioso.

También en lo personal las cosas iban bien. Se casó con su primera esposa, Lena, a la que conoció en una iglesia ortodoxa de Tokio, y Konstantine fue liberado de la cárcel, en donde estuvo 4 años y medio gracias a la intervención de Shoriki. Pero en la vida de Straffin la felicidad nunca pudo ser completa.

El prisionero Hiroshi Suda

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial la liga japonesa continuó, pero con varias ausencias porque muchos jugadores fueron reclutados por el ejercito. No fue el caso de Straffin por ser inmigrante. En 1940 con Yomiuri Giants ganó el segundo de los 6 títulos consecutivos de la franquicia y volvió a ser premiado como el mejor jugador.

Con motivo de la guerra se prohibieron las palabras extranjeras y a Straffin lo obligaron a utilizar un nombre nativo. Muy a disgusto pasó a llamarse Hiroshi Suda. Desde ese momento lo apodaron el japonés de los ojos azules. Pese al forzado cambio, su aspecto occidental generaba desconfianza y se lo veía como un potencial agente extranjero. Por eso, cuando jugaba lejos de Tokio debía pedir permisos especiales para salir de la ciudad.

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La temporada de 1941, que finalizó una semana antes del bombardeo a Pearl Harbor, no fue la mejor para Straffin (Suda). Entre problemas de salud y físicos, sólo jugó 20 partidos. Nuevamente le negaron nacionalidad japonesa aduciendo que provenía de un país enemigo y que su padre estuvo condenado por asesinato.

Con sólo 6 equipos en la liga, el interés decayó y en noviembre de 1944 el campeonato se suspendió. En esos días sin béisbol, Straffin (Suda) y su familia quedaron detenidos en una granja junto con otros extranjeros. Allí su salud se debilitó. Era el inicio del declive.

Mientras estuvo encarcelado entabló relación con un australiano y aprendió inglés. Una vez terminada la guerra, y de vuelta con su nombre verdadero, trabajó como traductor en un batallón de ingenieros estadounidense. A la vez, intentaba retornar al béisbol.

Yomiuri Giants le cerró las puertas y con casi 30 años su carrera parecía acabada. Gracias a Sadayoshi Fujimoto, ex entrenador del conjunto capitalino, se incorporó al recientemente creado Pacific Robins.

En la vida personal se divorció de Lena, que cansada de Japón se fue a Estados Unidos con un amigo que conocía de la iglesia ortodoxa de Tokio y que retornó como intérprete de las fuerzas estadounidenses, y cayó en el alcoholismo. Jamás volvió a ser el mismo.

Con la camiseta de Kinei Stars, la de 1949 fue su última gran temporada. Se retiró en 1955 jugando para Takahashi Unions, el peor equipo de la Liga del Pacífico. Lo más relevante de ese año fue haberse convertido en el primer jugador profesional del béisbol japonés en alcanzar las 300 victorias. Sin embargo, para ese momento, su estilo de juego era obsoleto.

Victor Starffin festejando las 300 victorias.

Ya retirado en la radio condujo un programa musical y consiguió papeles muy menores en películas. El mayor sustento era su segunda esposa peluquera. A la vez la salud empeoraba y, al igual que su padre, comenzó a tener episodios de paranoia. Dormía con un bate y cuando entraba a un edificio necesitaba revisar las vías de escape.

A diferencia de su nacimiento, se sabe que murió el 12 de enero de 1957 y que fue arrollado por un tren. El misterio gira en torno si el incidente ocurrió porque se suicidó o estaba conduciendo borracho y no se percató que la barrera estaba baja. Lo cierto que es prácticamente falleció olvidado.

El reconocimiento a Starffin llegó post mortem. En 1960 se transformó en el primer extranjero en ingresar al Salón de la Fama del béisbol japonés y en 1983 en Asahikawa, ciudad que siempre lo recordó con cariño, se inauguró un estadio para 25.000 personas que lleva su nombre, con la particularidad que es el único en Japón para jugar al béisbol que recibe la denominación de un jugador.

Además, varios historiadores insisten que por los récords que estableció, muchos de los cuales aún se mantienen vigentes, y su trayectoria al menos debería ser considerado para figurar en el Salón de la Fama en Coopertown, Estados Unidos.

Por diversos factores en Rusia Starffin es un personaje desconocido. En el lugar donde nació vivió 1 año y no hay registros que indiquen que haya retornado. A eso se agrega que emigró a un sitio con históricos cortocircuitos diplomáticos con Rusia y que práctico un deporte de nulo arraigo en su país de origen. Por eso para que la historia sea conocida un grupo de documentalistas rusos está produciendo «Starffin, en el otro lado del Sol», un documental independiente sobre su vida.

Aunque sus mejores años dentro de la cancha coincidieron con un momento crítico por la guerra y tuvo una vida demasiada conflictiva y trágica, a la larga Straffin es evocado como un personaje central en la historia del béisbol japonés.

Victor Straffin en acción (es el jugador con el número 17)

Victor Straffin (Society for American Baseball Research)

Victor Straffin: The greatest pitcher in japanese baseball history?

Writer takes memorable trip to Victor Starffin Stadium in Asahikawa (Japan Times)

Los malditos Chicago Cubs

Los libros del beisbol estadounidense cuentan que entre 1876 y 1886 Chicago White Stockings dominó la insipiente escena profesional con 6 títulos de la liga nacional. Luego de un impasse, con la llegada del Siglo XX y ya bajo la denominación de Chicago Cubs siguió nutriendo el palmarés. Durante el período 1907-1945 fue 10 veces campeón de división y en 2 ocasiones obtuvo la Serie Mundial (1907 y 1908).

Estos datos contrastan con la historia moderna de una franquicia que desde hace más de 60 años sólo acumula decepción tras decepción. Según la leyenda que se extendió con el tiempo, las desdichas comenzaron el 6 de octubre de 1945 cuando un tabernero de la zona lanzó una maldición.

En aquella fecha Chicago Cubs recibió en el Wrigley Field a Detroit Tigers para disputar el cuarto partido de la Serie Mundial, evento que consagra al campeón de la Major League Baseball (MLB). El conjunto local estaba 2-1 arriba en el resultado global y un triunfo lo ponía a las puertas de una nueva consagración.

Hasta el estadio se acercó Billy Sianis, un inmigrante griego dueño de la taberna Billy’s Goat (la cabra de Billy). Iba acompañado de una cabra llamada Muprhy, la que consideraba un amuleto de la suerte y que también servía para publicitar el negocio, ubicado a pocas cuadras de la cancha. Ambos tenían entradas.

En la puerta a Sianis no le permitieron entrar con la peculiar mascota. Ante la negativa Billy exigió hablar con Philip K. Wrigley, dueño de Chicago Cubs. “Dejen entrar a Billy, pero no a la cabra”, ordenó el dirigente “¿Por qué no a la cabra?”, consultó el enojado hincha. “Porque la cabra apesta”, fue la tajante respuesta del directivo. Otra versión señala que Sianis ingresó a la cancha, pero el público le exigió que se retirara por el mal olor que emanaba Murphy.

Billy, Murphy y el nacimiento de una leyenda.

“Los Cubs no ganarán nunca más. Los Cubs nunca ganarán la Serie Mundial hasta que no le permitan a la cabra ingresar a Wrigley Field”, maldijo un enojado Billy. Créase o no, Chicago Cubs perdió la final con Detroit Tigers (“¿Y ahora quién apesta?”, decía una carta que Billy le envió a Wrigley una vez consumida la derrota) y jamás volvió a clasificar a la Serie Mundial. Así nació la Maldición de la Cabra.

A partir de 1946 y hasta la actualidad las temporadas de Chicago Cubs son un cúmulo de desgracias que sirvieron para alimentar el mito. Por eso en el imaginario popular es visto como un equipo perdedor, lejos de la imagen exitosa de fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX.

Como parte del show varias veces se intentó contrarrestar el hechizo, aunque sin éxito. En 1973 Sam Sianis, sobrino de Billy y nuevo propietario del bar, que todavía existe, organizó junto a Dave Condon, periodista del diario Chicago Tribune, una especie de exorcismo. Trasladaron en una limousine blanca a Sócrates, descendiente de Murphy, hasta Wrigley Field. Lo hicieron caminar por una alfombra roja con un cartel que decía “todo está perdonado. Déjenme llevar a los Cubs al título”, pero se repitió la historia: la cabra se quedó afuera y Chicago Cubs protagonizó otro año desastroso.

Durante 1984 se creyó que finalmente la condena se había evaporado. Gracias a la invitación de los nuevos dueños antes del primer partido en Wrigley Field Sam Sianis ingresó al terreno de juego con una cabra. “La maldición esta levantada”, dijo ante un estadio que bramó. A partir de ahí Chicago Cubs enlazó una racha positiva que le permitió ganar el título de división después de 4 décadas. Con ese impulso llegó a la final de la Liga Nacional, paso previo para acceder a la Serie Mundial, ante San Diego Padres.

Chicago Cubs estaba 3-2 adelante en la serie y necesitaba un triunfo más, pero en el momento de la definición falló y se quedó con las manos vacías. Era como si la maldición hubiera esperado hasta último momento para recordarles a los hinchas, jugadores y dirigentes que el fantasma de Murphy todavía estaba dando vueltas.

En 1994 sucedió otro suceso significativo. Chicago Cubs comenzó el campeonato de mala forma y registró la peor racha de la historia como local. Sam Sianis fue a Wrigley Field con una cabra que, ya casi como una tradición, no le permitieron entrar pese a las protestas del público. Gracias a la colaboración de Ernie Banks, ex jugador y miembro del Salón de la Fama, Sianis entró con el animal ¿Qué sucedió? Chicago Cubs logró la primera victoria del torneo. Creer o reventar.

Paralelamente ocurrieron otras situaciones inverosímiles. La más famosa tuvo lugar en 1969 cuando Chicago Cubs, puntero y con un sólido andar, perdió con New York Mets, que marchaba segundo, un encuentro clave. Mientras estaban jugando de la nada apareció un gato negro que plácidamente se paseó por el frente del banco de suplentes de los Cubs. Nadie encuentra una explicación lógica y coherente a este hecho, pero lo concreto es que desde ese momento el conjunto de Chicago tuvo un bajón profundo y dilapidó una temporada que venía siendo altamente positiva.

Como si la humillación de ser el participante de la MLB que más tiempo lleva sin lograr el título (104 años y contando), en 2005 debió soportar que su vecino y archirrival Chicago White Sox ganara la Serie Mundial. Para colmo en el corto plazo el panorama parece no cambiar. Al cierre de este post Chicago Cubs figuraba entre los peores registros de la liga (19 triunfos y 37 derrotas).

Hay quienes sostienen que las desgracias en realidad empezaron cuando Chicago Cubs habría ido a menos en la Serie Mundial de 1918 ante Boston Red Sox, pero la leyenda más aceptada popularmente es la de la cabra. Por eso el “let the goat in” (dejen entrar a la cabra) es el grito de guerra de los hinchas que siguen sin resignarse a terminar de una vez por todas con las penurias.

Editado: Chicago Cubs finalizó la temporada regular 2012 con un récord de 61 victorias y 101 derrotas, segunda peor marca de la MLB detrás de Houston Astros (55-107). La Maldición de la Cabra más vigente que nunca.

Chicago Cubs campeón, pero en la publicidad del MLB 2012 para Playstation.

Fuentes/Links relacionados

Fans creen que Cubs siguen hechizados (Sitio oficial de Chicago Cubs)

Whiff of Scandal Wafts Over 1918 World Series (New York Times)

Chicago Cubs: The 5 Worst Moments in the Team’s Tortured History (bleacherreport.com)

Embarrasing Moments in Chicago History (Sports Illustrated)

Página de la Billy Goat Tavern

Historia de Chicago Cubs

Resumen 2011

Un repaso por los post publicados en el año.

Con la cabeza en otra parte: la selección de handball de Túnez debuta en el Mundial de Suecia al mismo tiempo que renunciaba el presidente tunecino en medio de un clima social muy tenso.

Perdido en Egipto: el tenista Mlandeli Ndlela vivió una odisea cuando intentó jugar un torneo en Egipto al mismo tiempo que el país ingresaba en ebullición.

Haití bajo cero: Jean Pierre Roy se convirtió en el primer esquiador haitiano que participó en el Mundial de ski.

La leyenda olvidada: la trágica historia de Eduard Streltsov. Pasó de ser el máximo ídolo del fútbol soviético y potencial figura del Mundial Suecia 1958 a ser un detenido en Siberia acusado de un crimen cuya investigación aún deja demasiadas dudas.

El mito del Giants Stadium: uno de los estadios más famosos de Estados Unidos y la leyenda urbana del cadáver del gremialista Jimmy Hoffa.

–  Un pionero llamado Wally Yonamine: primer jugador de beisbol estadounidense que jugó en la liga japonesa tras la Segunda Guerra Mundial y que ayudó a recomponer las relaciones entre ambos países.

Showtime en la URSS: en 1988 Atlanta Hawks realizó una caótica gira por la Unión Soviética que significó la única visita de una franquicia de la NBA a suelo comunista.

Rebel Tour: jugar en el Apartheid: entre 1982 y 1990 se organizaron una serie de partidos de cricket con combinados de fantasía conformados a fuerza de dinero que burlaron la prohibición que pesaba sobre Sudáfrica a causa del Apartheid.

Revolución cultural: gracias a los buenos resultados la selección femenina de fútbol de Corea del Norte se ganó el cariño del recientemente fallecido líder Kim Jonh Il y produjo un cambio en el rol de la mujer en la sociedad norcoreana.

La Generación del 80: la selección argentina de básquet que en el Preolímpico de Puerto Rico 1980 logró una histórica clasificación a los Juegos Olímpicos de Moscú, a los cuales no pudo asistir por cuestiones políticas.

Maravillas del béisbol: en la temporada 1945 Peter Gray y Bert Shepard fueron los únicos jugadores amputados que participaron en la Major League Baseball (MLB) de Estados Unidos.

Rocky de carne y hueso: Chuck Wepner, oscuro boxeador que tiró a la lona a Mohamed Ali y que sirvió de inspiración para la creación de la saga de Rocky.

Campeón incómodo: en medio de tensiones políticas Sudáfrica se transformó en el único país que ganó la Copa Davis por no presentación del rival en la final.

Cricket social: en un barrio marginal de Los Angeles con problemas de violencia, Compton Cricket Club aparece como una peculiar alternativa y como herramienta de reinserción para exconvictos. Además, el caso argentino en una villa de Barracas.

Bonus track: algunos post de años anteriores.

Mo Johnston y la muerte del sectarismo: por cuestiones religiosas la trasferencia del jugador escoses de moda produjo un quiebre en la centenaria historia de Rangers FC.

Superando obstáculos: Dalma Malhas, la primera mujer que representará a Arabia Saudita en los Juegos Olímpicos.

Dick, Kerr’s Ladies FC: Un equipo pionero: durante la Primera Guerra Mundial este equipo femenino surgido de una fábrica produjo una revolución en Inglaterra.

La historia jamás contada de los Blackbirds: un equipo de básquet universitario desechó la posibilidad de ir a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 en oposición al régimen nazi.

Ese caos llamado ABA: desorganizada liga que en la década del 70 marcó una época y sirvió de influencia a la actual NBA.

Maravillas del béisbol

El mundial de atletismo en Daegu, Corea del Sur, fue testigo de un suceso que sorprendió al mundo: Oscar Pistorius, a quien debieron apuntarle las piernas por una malformación congénita, llegó a las semifinales de los 400 metros corriendo con unas prótesis ortopédicas especialmente diseñadas para competir. Lo hecho por el sudafricano causó asombro y polémica, pero su caso no es único. Anteriormente hubo otros deportistas a los que la falta algún miembro no les significó un impedimento para desarrollar respetables carreras.

En este aspecto la temporada 1945 de la Major League Baseball (MLB) registra un antecedente importante porque ese año contó con la presencia de Peter Gray y Bert Shepard, quienes pudieron jugar en la liga pese a que carecían de alguna extremidad.

Gray, quien perdió el brazo derecho a los 6 años en un accidente, debutó como profesional a los 23 años en la Quebec Provincial League de Canadá. Ese fue el inicio de un peregrinar por distintas competencias de segundo orden, teniendo como punto más alto el premio al jugador más valioso de la temporada 1944 en la Southerm Association. Ese reconocimiento le valió la atención de una MLB dañada por la ausencia de muchos jugadores que se habían marchado a la Segunda Guerra Mundial. Gray se incorporó a Saint Louis Rams y su llegada significó un fuerte golpe de efecto en los medios y el público.

Seguramente cuando conocieron la noticia muchos historiadores recordaron a Hugh Daily, inmigrante irlandés que pasó por el béisbol estadounidense entre 1882 y 1887 y al que apodaban “One Armed” (Un Brazo) porque, precisamente, también le faltaba esa extremidad. Este polémico personaje famoso por sus peleas con los dirigentes, había perdido el brazo izquierdo por culpa de un disparo.

Los meses que Gray pasó en la MLB no fueron sencillos. Recibía demasiada atención por el inconveniente físico y no por las actuaciones en la cancha. Esto hacía que tuviera una actitud esquiva. “Peter no socializaba con nadie. Había algunos chicos que trataban de acercársele, pero él solía rechazarlos. Había veces que tenía ataques de furia”, recordó Al LaMacchia, quien compartió vestuario con Gray.

Peter Gray (Corbis)

“Sentía que no perteneciera a las ligas mayores y sabía que estaba siendo explotado. Era un tipo tranquilo con complejo de inferioridad. Trataban que fuera una atracción para el equipo”, contó su manager Luke Sewell. Independientemente de su incomodidad, la mala predisposición y el talante hosco, similar al de Daily, Gray maravilló al público, compañeros y rivales por la fuerza de voluntad que mostraba.

Cuando jugaba evidenciaba problemas para batear, aunque tampoco era un negado porque tenía una muy buena anticipación. Curiosamente el fuerte era a la hora de atrapar la pelota. Había logrado una mecánica perfecta: agarraba la pelota, sin que esta se le cayera se sacaba el aguante y realizaba el lanzamiento.

Finalizado el conflicto bélico varios jugadores retornaron a casa y la MLB lentamente comenzó a recuperar el curso habitual, por lo cual la novedad había dejarlo de serlo y perdió interés. Con 77 partidos en el currículum Gray quedó marginado y retornó a su habitad natural: las ligas menores.

Tiempo después LaMacchia y Gray volvieron a coincidir en una pequeña franquicia de Dallas. Allí LaMacchia se encontró con una versión diferente de Gray. “Para esa época Pete estaba más suavizado y no se enojaba más por la cosas”, evocó quien ya retirado se destacó como cazatalentos.

Cuando fue desafectado del plantel principal y relegado al equipo B el nacido el 6 de marzo de 1915 en Nanticoke, Pensilvania, decidió que era el momento de retirarse. Regresó a la tranquilidad de su ciudad natal para atender un bar. Gray murió el 30 de junio de 2002 a los 87 años.

Paralelamente Shepard, al que tuvieron que cortarle la pierna derecha por una grave herida que sufrió en combate, vivía una historia similar.

Luego de pulular por diversos torneos de segundo orden en 1942 Shepard ingresó a la Fuerza Aérea y en 1944 fue transferido al 55th Fighter Group con base en Wormingford, Inglaterra. Cuando estaba realizando su misión número 34 a bordo de un Lockheed P-38J Lighting fue atacado cerca de Hamburgo. El avión se estrelló y el piloto quedó inconsciente.

Allí fue encontrado por el Teniente Ladislaus Loidl, que a la vez era médico de la Luftwaffe. Con la ayuda de dos soldados controlaron a punta de ametralladora a un grupo de furiosos granjeros de la zona que querían matar a Shepard. “Estaba inconsciente, la pierna derecha estaba destruida y además tenía una profunda herida en la cabeza. Me di cuenta que ese hombre necesitaba una operación urgente”, explicó el galeno cuando se reencontró con Shepard en 1993 para el programa oficial de la MLB “This week in baseball”.

Continúa Loidl: “Mi hospital de emergencia no estaba equipado para eso, así que lleve al herido a un centro médico local en donde se negaron a atender al que llamaron piloto de la muerte. Telefonee al Ministro de Aviación en Berlín para reportar la situación y desde allí instruyeron al director para que se encargara del caso. Días más tarde consulte acerca de su condición y todo había salido bien”.

Shepard quedó en el hospital como detenido y luego fue trasladado a la prisión Stalag IX-C en Meiningen, en el centro de Alemania. Allí con la asistencia de Doug Errey, un doctor canadiense que también era preso de guerra, Shepard se construyó una pierna artificial. Volvió a Estados Unidos en febrero de 1945 gracias a un intercambio de prisioneros.

Durante la estadía en el Walter Reed Hospital de Washington DC Shepard conoció al Secretario de Guerra Robert Patterson. El enviado de la Casa Blanca le consultó sobre cuál iba a ser su futuro. “Seguir jugando al beisbol como profesional”, fue la inesperada respuesta. Patterson lo ayudó y se contactó con el dueño de Washington Senators para pedirle que le diera una oportunidad a Shepard.

Bert Shepard y la pierna ortopédica. (ESPN)

El oriundo del estado de Indiana disputó una serie de partidos amistosos con la franquicia capitalina y conformó al entrenador, “No quiero misericordia, sólo quiero jugar. Durante meses en la prisión soñé con el día que pudiera volver a la cancha”, contó Shepard. A la larga su participación fue casi decorativa porque sólo jugó 1 partido oficial.

Un momento recordado fue cuando Washington Senators visitó a Saint Louis Rams. Aquel día se dio el único encuentro, por lo menos del que se tenga registro, entre Shepard y Gray. Por supuesto que la foto de ambos fue la imagen más buscada.

Shepard, una vez terminada la temporada, siguió el camino de Grey y debió buscarse nuevos rumbos. Mientras jugaba en ligas menores recorría el país dando charlas en centros de veteranos. Continuó jugando algunos años más hasta que una complicación en la pierna tras una operación lo obligó a retirarse. Una vez que dejó el bate trabajó en IBM, en una empresa de aviación y en una aseguradora. Se jubiló en 1982 y murió en julio de 2008 en California.

Con un breve paso por la MLB y utilizados como elementos de descarte, Shepard y Gray, apodados por un informe televisivo de la época como maravillas del béisbol, superaron los límites de su físico y sirvieron de inspiración a muchos que tras la guerra habían quedado a la deriva.

Peter Gray, el hombre milagro

Peter Gray y Bert Shepard, las maravillas de béisbol

Fuentes/Links relacionados

Pete Gray, Major Leaguer With One Arm, Dies at 87 (New York Times)

A teammate recalls Pete Gray (mlb.com)

Sport: One-Armed Outfielder (Time Magazine)

Bert Shepard, 87, an Inspirational Amputee, Dies (New York Times)

Bert Shepard (Baseball in wartime)

Bert Shepard; Amputation Didn’t Stop MLB Pitcher (Washington Post)

Un pionero llamado Wally Yonamine

La carrera de Joe Stanka en el béisbol parecía estancada. No tuvo suerte cuando intentó dar el salto a la Major League Baseball (MLB) y sin demasiado éxito sobrevivía en equipos de ligas menores que jugaban en estadios ruinosos, que solían registrar campañas opacas y pagaban un puñados de dólares. Por eso para mantener a la familia trabajaba en una fábrica de muebles en Oklahoma. Todo indicaba que no había salida, hasta que de golpe su vida deportiva y personal sufrió un vuelco: le propusieron irse a Japón.

Stanka firmó un contrato con Nankai Hawks de Osaka por un dinero que jamás hubiera imaginado. No sólo se convirtió en una estrella a nivel nacional, sino que también fue campeón en 1961, recibió el premio al mejor jugador de la Liga del Pacífico en 1964 y todavía hoy se lo recuerda como uno de los grandes extranjeros que pasó por el béisbol de aquel país.

Pese a que no todos tienen la misma suerte (a veces el choque cultural es una barrera insalvable), la historia de Stanka es aplicable a muchos otros que por distintas razones no se insertaron en la MLB. Aquellos que quedan marginados de la liga estadounidense pueden encontrar en Japón una alternativa para desarrollarse como profesionales. Allí el béisbol es popular, los contratos son buenos y, aunque inferior en comparación con Estados Unidos, la competencia interna es fuerte.

Sobre todo por las tensiones generadas durante la Segunda Guerra Mundial, bomba nuclear en Hiroshima/Nagasaki y ocupación mediante, el béisbol, al igual que otros aspectos de la sociedad, fue un territorio tácitamente cerrado para los estadounidenses. El gran culpable de producir un quiebre en la historia fue Wally Yonamine, que a fuerza de bateos se convirtió en un pionero que rompió los prejuicios hasta convertirse en una leyenda.

Wally Yonamine

Nacido el 25 de julio de 1925 en Hawaii en una familia de inmigrantes japoneses, Yonamine tenía aspiraciones de ser jugador de football americano, deporte que practicó en la secundaria. Las buenas actuaciones, sobre todo a la hora de defender, en un combinado de la armada le permitieron incorporarse a San Francisco 49ers, pero con la franquicia californiana sólo disputó una temporada. Una fractura que sufrió jugando al béisbol en una liga amateur en Hawaii lo obligó a retirarse del football americano.

Una vez recuperado Yonamine optó por sacarse el casco y agarrar el bate. Se destacó en campeonatos de segundo orden y por esta razón Lefty O’Doul, su entrenador en San Francisco Seals y consejero de Yomiuri Giants, el equipo más importante de Japón, le recomendó que fuera a probar suerte al Lejano Oriente. El hawaiano aceptó la propuesta y se incorporó al conjunto de Tokio. De esta manera se convirtió en el primer jugador estadounidense en formar parte de la Nippon Professional Baseball (NPB) tras la Segunda Guerra Mundial.

A raíz de las tensas relaciones entre Japón y Estados Unidos la adaptación de Yonamine fue demasiado complicada. Cuando recién llegó a Yomiuri Giants era visto como un traidor o, incluso, como un intruso. Esto llevó a que fuera blanco de varios intentos de agresiones. En Nagoya, por ejemplo, debió escaparse del banco de suplentes porque unos hinchas furiosos quisieron atacarlo, en Osaka le lanzaron piedras y en Hiroshma fueron más lejos: un grupo de gansters planeó asesinarlo.

Las complicaciones con las que convivía Yonamine no sólo eran por cuestiones extra deportivas, sino que adentro de la cancha también generaba rechazo. Su concepción del juego era opuesta a la que se tenía en Japón. A medida que se fue destacando y los resultados aparecieron, la percepción sobre su figura cambió.

Con Yomiuri Giants ganó el campeonato de 1951, el cual volvió a conquistar en 1953. Además Yonamine fue pieza importante para obtener el título de conferencia en 8 ocasiones en la década del 50. A nivel individual entre otros reconocimientos recibió en 3 veces el premio al mejor bateador, en 1957 fue el Jugador Más Valioso de la Central League y durante 9 años no faltó nunca en el equipo ideal.

En 1957 Yonamine recibió como premio una bicicleta por haber sido el mejor bateador de la temporada.

Cuando dejó de jugar se convirtió en el primer entrenador extranjero en la historia de la NPB. Se retiró definitivamente en 1988. Para esa altura la semilla que puso a principios de los 50 había germinado porque ya no era una extravagancia ver jugadores de Estados Unidos emigrar a Japón. El aporte de Yonamine también sirvió para que japoneses hicieran el camino inverso y se sumaran a la MLB.

En 1994 Yonamine fue el primer foráneo incluido en el Salón de la Fama del béisbol japonés. Murió en 28 de febrero de 2011 dejando un legado muy grande que todavía es recordado. Gracias a su aventura produjo un quiebre en la historia del béisbol en Japón y le abrió nuevas oportunidades a muchos jugadores a los que les cambió la vida. Stanka, y otros tantos, pueden dar fe de ello.

Fuentes/Links relacionados

A Yank in Japan (Sports Illustrated)

You’ve Gotta Have «wa» (Sports Illustrated)

Wally Yonamine Dies at 85; Changed Japanese Baseball (New York Times)

Remembering Wally Yonamine (ESPN)

49ers Pioneer Wally Yonamine Passes (49ers.com)

Sitio oficial de la Nippon Professional Baseball

Sitio oficial de Wally Yonamine

Negro League: la segregación del béisbol

Hubo una época en la cual ser negro en los Estados Unidos era sinónimo de pecado. El hecho de tener un color de piel diferente significaba vivir en la degradación permanente y ser tratado como un ciudadano de una clase inferior privado de derechos básicos o, inclusive, de interactuar con blancos.

Como cualquier otro fenómeno social este se vio reflejado en el deporte, en este caso en el béisbol con las denominadas Negro Leagues, que entre fines del Siglo XIX hasta casi mediados del XX fueron un lugar de contención para muchos jugadores y, a la vez, un negocio que se acabó cuando llegó una integración un tanto forzada.

En 1890 la National Association of Base Ball Player estableció que negros y blancos no podían compartir equipos en las ligas mayores, prohibición a la cual más tarde se sumaron los torneos de segundo orden. Esto no fue más que llevar a la legalidad lo que ya ocurría en la práctica. La segregación obligó a los afroamericanos y latinos, este un grupo más reducido, a conformar sus propias ligas para poder continuar bateando y ocupando bases en el diamante, tal como se conoce en la jerga al terreno de juego.

Luego de varios intentos fallidos de organización con certámenes que muchas veces morían en el medio de su desarrollo, recién a fines de la Primera Guerra Mundial se empezó a asentar el movimiento. Estados Unidos se encontraba en una situación económica favorable y por eso las clases trabajadoras, mayormente integradas por negros, tenían dinero extra para gastar en el tiempo libre. El llamado béisbol negro se convirtió en uno de los atractivos predilectos.

Andre Rube Foster, dueño de Chicago American Gigants y una de las personalidades con más influencia dentro del circuito, observó la posibilidad de crear una Negro League estable a nivel nacional. Esto se concretó en 1920 con el nacimiento de la Negro National League (NNL), que rápidamente se transformó en la más prestigiosa, superando a sus competidoras que habían aparecido en paralelo.

Después de casi una década siendo la máxima competencia del país la NNL sufrió la Gran Depresión y en 1931 desapareció. Misma suerte corrieron otros torneos que existían en el país. La única que quedó en pie, aunque algo golpeada, fue la Negro Southern League.

Ilustración de Kansas City Monarch, uno de los equipos más dominantes de las ligas negras. (Dibujo de Kadir Nelson)

Los días de los protagonistas en este tipo de campeonatos no eran precisamente los más sencillos porque debían convivir con situaciones casi insalubres. El periodista Gilberto Dihigo, hijo de Martín Dihigo, considerado una leyenda de este período, rescata algunos recuerdos de su progenitor en el libro Mi papá el inmortal: “Al pasar los años me percate que el béisbol negro no era más que un matadero de jugadores. La organización de las ligas eran pésimas, no respetaban las clausulas del reglamento. No había árbitros honestos, sino jueces incapaces. Se jugaba cuando a los clubes les convenía hacerlo. El salario era bajo y ridículo. Podían jugar maravillas y si no había asistencia no se recolectaba. Una vez el dinero recaudado no llegó al dólar después de pagarle al árbitro y al anotador”.

Por supuesto que no estaban exentos de la discriminación diaria. Por lo general los planteles cuando tenían que ir a otras ciudades se veían obligados a recorrer largas distancias en micros o en trenes que se encontraban en estados calamitosos. Cuando llegaban a destino se hospedaban en hoteles de mala muerte y, por su color de piel, eran tratados como escorias. Muchos de los que vivieron aquella época suelen contar que ni siquiera les daban agua para bañarse.

Tras la crisis monetaria que dejó un tendal de muertos en Wall Street, Abe Saperstein, conocido por ser el creador de Harlem Globertrotters, le dio una nueva inyección al movimiento con el nacimiento de la Negro Midwest League. No fue hasta la aparición de Gus Greeble, propietario de Pittsburg Crawfords, que se logró el impulso definitivo. Greeble tomó la posta de Foster con la creación de una segunda versión de la NNL en 1933. Paralelamente aparecía una rival: la Negro American League (NAL), que principalmente reunía a lo más granado del Sur y del Medio Oeste. Ambas estuvieron mejor organizadas, aunque tampoco eran una maravilla, y entre 1942 y 1948 sus respectivos campeones disputaban la Negro League World Series.

Mientras Judge Landis ocupó el rol de comisionado de la Mayor League Baseball (MLB) se encargó de coartar cualquier tipo de contacto entre los dos beisbols. A su muerte las cosas cambiaron. El cargo lo asumió Happy Chandler, más abierto que su antecesor. Lideró un proceso de apertura porque, según confesó en su autobiografía, no le cabía en la cabeza la idea que negros y blancos no pudieran jugar mezclados cuando unidos habían peleado en la guerras. Tampoco hay que soslayar el hecho que las ligas negras habían tenido un crecimiento muy grande de público y eran un rival importante dentro del negocio.

Una de las primeras medidas que tomó Chandler fue la de crear la Mayor League Committe on Baseball Integration. Nombre muy rimbombante pero muy poco útil porque este comité jamás se reunió. Además se comenzó una búsqueda por Estados Unidos, México y Puerto Rico con la idea contratar a un negro para alguna de las franquicias. El elegido fue Jackie Robinson, a quien ya retirado se solía ver en los discursos de Martin Luther King, que se incorporó a Brooklyn Dogers. Cuando Robinson estampó la firma en el contrato al mismo tiempo sentenció la muerte de las ligas negras.

Jackie Robinson firmando el contrato que lo ligó a Brooklyn Dodgers. (Negro Leagues Baseball Museum)

La MLB se fue nutriendo de los beisbolistas más importantes y como consecuencia las Negro League fueron perdiendo interés. En una movida marketinera, aunque esa palabra todavía no existía, Cleveland Buckeyes, de la NAL, contrató en 1946 a Eddie Klep, que se convirtió en el único blanco en participar en una liga negra. El plan no funcionó: jugó 1 partido. Por supuesto que las competencias de menos relevancia fueron la primeras en caer. Luego fue el turno de las grandes con la NNL a la cabeza. La NAL se mantuvo con cierto renombre una temporada más, pero a partir de ahí su consideración iría en baja hasta desaparecer silenciosamente en 1958.

Indianapolis Clowns fue lo único que quedó en pie. Existió hasta bien entrada la década del 80 jugando partidos de exhibición o a beneficio. El último registro en la MLB de un jugador surgido de las ligas negras fue Minnie Miñoso, quien disputó 2 encuentros con Chicago White Sox en 1980.

Quizás para lavar las culpas la MLB les rinde permanente homenaje a los ex Negro League. Previo al comienzo de cada temporada las franquicias tienen la posibilidad de elegir a alguien que haya pasado por estas ligas e integrarlo al plantel de forma figurativa. En 2008, por ejemplo, New York Yankees contrató al boricua Emilio Millito Navarro de 102 años. Para mantener viva la memoria el Salón de la Fama realiza aducciones de viejas glorias y en Kansas City hay un museo, que con la reciente recesión económica se vio cerca de la desaparición.

Sin dudas las Negro League son una excelente representación de lo que fue una de las etapas más crudas de la historia de Estados Unidos.

Fuentes/Links relacionados

Ligas Negras de béisbol: Una página olvidada (Terreno de Pelota)

Recession hits Negro Leagues Museum (ESPN)

Acclaimed artist’s book gives kids valuable history (ESPN)

A Sentimental Journey for the Negro Leagues (New York Times)

Negro League Baseball Project-Universtiy of Missouri (Entrevistas a 3 glorias de las Negro League)

Sitio de las Negro Leagues

Negro League Museum

Sitio dedicado a las Negro League

Micrositio de la MLB dedicado a las Negro League

Negro League Players Associations

Famosos a la inversa (Parte 1)

El deporte esta plagado de equipos o atletas que llegaron al estrellato gracias a lo que siempre se trata de evitar en una competencia: la derrota. Alguna vez en este blog se mencionaron los casos del boxeador Peter Buckley, que se retiró con el peor récord que haya registrado un pugilista profesional, o del tenista Robert Dee, que perdió 54 partidos consecutivos sin lograr un set bajo el ala de la Federación Internacional. Según el caso hay quienes se lo toman con gracia, otros aprovechan para buscarle una veta comercial y también están los que no soportan vivir con esta pesada carga.

A continuación algunas de las miles de historias que existen de aquellos que llegaron a la fama recorriendo el camino inverso. Este primer capítulo estará reservado para las actividades grupales, mientras que la segunda parte se enfocará en los deportes individuales.

Australia (Handball)

En Alemania 2007 los australianos causaron sensación. (IHF)

El handball, de fuerte arraigo alemán, no prendió en los países de habla inglesa. El único que logró sacar un poco la cabeza fue Australia, con una presencia casi perfecta en los últimos mundiales, tanto en hombres como en mujeres, aunque eso de ganar a este nivel no es moneda corriente. En sus 5 participaciones en la rama masculina sumó 1 victoria ante Groenlandia en Portugal 2003, en donde finalizó en el puesto 21, siendo esta su mejor participación. En el resto culminó último y sólo acumuló derrotas, la mayoría de ellas abultadas, estableciendo una marca histórica de 1 partido ganado, 0 empates y 24 perdidos.

En 2007 durante el Mundial de Alemania, la Meca del handball, los Aussies eran vistos como una selección exótica y conquistaron el cariño del público y de la prensa, que los apodó Los Campeones del Corazón. Previo a su participación en Croacia 2009, la federación australiana trató de sacar tajada de la atención extra que reciben en los mundiales para tentar a los sponsors.

Entre las mujeres no es demasiado diferente. Desde el debut de Australia en Noruega/Dinamarca 1999 asistió a 5 citas mundialistas, recibió goleadas en todos sus partidos y ostenta una seguidilla de 25 derrotas al hilo. En 1999 y en Croacia 2003 obtuvo sus mejores ubicaciones (23°), superando por diferencia de gol a Argentina y a Uruguay, respectivamente.

A la larga los australianos se han convertido en los mimados del handball internacional y han logrado llamar la atención en los mundiales.

Mónaco (Rugby)

Mónaco: poco glamur y condenado a la derrota. (Reuters)

Cuando Mónaco sale a jugar sabe que indefectiblemente perderá. Este combinado tiene como principal inconveniente que sus jugadores no son ciudadanos monegascos, con los cual no son elegibles para esta selección, pero no hay otra opción porque en el Principado no hay jugadores de rugby nacidos allí. Ante esta situación si ganan en la cancha los rivales presentan una apelación y se quedan con el triunfo en los escritorios. Aunque, a decir verdad, esto no se da muy a menudo ya que Mónaco suele caer por resultados abultados en el Grupo 3D, en lo profundo de la Copa Europea de Nacionales, ante oponentes como Chipre, Azerbaiyán, Bosnia o Eslovaquia.

Para colmo tampoco cuenta con una cancha en donde jugar, con lo cual cuando tiene que hacer de local debe mudarse a algún estadio cercano en Francia. Además, no tiene un entrenador fijo. Por el momento este lugar lo ocupa Jean Francois Tordo, ex capitán de la selección francesa, que da una mano porque vive cerca de Mónaco. Desde ya que los jugadores son amateurs y todos militan en ligas regionales menores.

El plantel esta compuesto por inmigrantes de diferentes lugares. Hay canadienses, marroquíes, franceses y británicos. “Cuando estamos adentro de la cancha somos iguales, orgullosos de nuestro rugby, de nuestros colores y de nuestro himno”, dice el pilar Mathieu Louppe, residente en Mónaco, pero que todavía debe esperar 2 años para lograr la ciudadanía, situación similar a la que viven el resto de sus compañeros.

En noviembre de 2009 disputó su último partido hasta el momento y cayó 44-5 ante Chipre, plagado de jugadores ingleses que si podían jugar para el representativo chipriota. Todos estos contratiempos  no amilanan a los jugadores y les da más fuerza para seguir adelante. “Somos un equipo improvisado que nos une la pasión. Somos extremistas del rugby”, explica Louppe.

Liechtenstein (Fútbol)

Liechtenstein posa antes de lo que probablemente será una nueva derrota. (Getty Images)

Al parecer en los principados hacer deporte de manera competitiva no es algo que les salga bien. Quizás tenga que ver con un tema socioeconómico. Uno de estos casos es Liechtenstein, una pequeña nación de Europa y que no llega a los 30 mil habitantes, que cuenta con la que probablemente sea una de las selecciones más vilipendiadas del fútbol mundial. Se la suele ver perdiendo por resultados anormales y hundida en las últimas colocaciones en las Eliminatorias para la Eurocopa o para el Mundial.

La federación local se creó en 1934 y recién en 1976 se afilió a la FIFA. Su selección debutó internacionalmente en 1981 y no fue hasta la Eliminatoria para la Euro de Inglaterra 1996 que hizo su aparición en una competencia oficial. Desde ese momento mayormente ha conseguido muchas derrotas estrepitosas, como, por un ejemplo, un 1-11 contra Macedonia. En medio de tantas goleadas Liechtenstein por un rato tuvo la posibilidad de sentir las mieles del éxito.

Aquel 9 de octubre de 2004 quedará en los anales del fútbol liechtensteiniano. A Vaduz, la capital del país, llegó Portugal, meses atrás subcampéon continental, buscando 3 puntos que lo acercaran a Alemania 2006. Sin hacer demasiado los lusitanos se fueron al descanso 2-0 arriba. Parecía que se avecinaba otra vapuleada. No fue así. A los 3 minutos del segundo tiempo Franz Burgmeier puso las cosas 1-2 y promediando el complemento Thomas Beck consiguió el histórico gol  que estableció el 2-2 final. Liechtenstein cerró la inolvidable semana sintiendo lo que sienten sus rivales: goleó 4-0 a Luxemburgo. Esta campaña fue la mejor hasta el momento: consiguió 2 triunfos, 2 empates y 8 derrotas. Ya en las Eliminatorias para la Euro Austria/Suiza 2008 y para Sudáfrica 2010 todo volvió a la normalidad.

Las andanzas de Liechtenstein por Europa fueron llevadas al cine con un documental. En el mismo, llamado Die Elf (Los Once), se refleja como fue el camino de esta selección durante el clasificatorio para el certamen continental de 2008 y todas las trabas que debieron sortear los jugadores, todos ellos aficionados, para poder codearse con la elite.

Liechtenstein es sólo un representante de este selecto grupo que conforman San Marino, Luxemburgo, Islas Feroés, Guyana, Samoa y un sinfín de selecciones más que pululan en cada eliminatoria mundialista.

Los Angeles Clippers (Básquet)

En 2000 Sports Illustreited “premió” a los Clippers como la peor franquicia de la historia. (Sports Illustreited)

Nunca un equipo eligió tan mal una ciudad en donde instalarse. Los Clippers cargan con el peso de ser la otra franquicia angelina porque viven a la sombra de Los Angeles Lakers, una marca registrada en el mundo del deporte y el segundo más campeón de la NBA, la liga más competitiva del mundo, detrás de Boston Celtic.

Mientras en las vitrinas de los Lakers los trofeos Larry O’brian se multiplican, por el lado de los Clippers a duras penas terminan la temporada con un récord de victorias/derrotas medianamente decente y, con suerte, pueden llegar a rasguñar la clasificación a los Playoff. Sus presentaciones en el Staples Center, mismo recinto en donde los Lakers hacen de local, no generan demasiado atractivo… a no ser que jueguen contra los Lakers. Las estrellas de Hollywood no abundan cuando los jugadores de camiseta roja, blanca y azul saltan a la cancha… a no ser que jueguen contra los Lakers.

Las desventuras de la franquicia comenzaron a principios de los 70 bajo el nombre de Buffalo Braves. El camino había empezado bien porque en una de sus primeras campañas logró el pasaje a los Playoff, lo que fue un oasis en el desierto. Algunas decisiones de los directivos terminaron de desmoronar la endeble estructura. Por consejo de David Stern, actual comisionado de la NBA, el equipo fue adquirido por nuevos dueños que lo mudaron a San Diego y le colocaron la denominación Clippers. Tuvieron respetables actuaciones, quedando en su torneo debut a 2 triunfos de entrar en la lucha por el campeonato, pero a la larga la empresa siguió siendo un fiasco.

El aluvión de resultados negativos más una taquilla que se caía a pedazos hicieron pensar en un nuevo traslado. Vaya a saber por recomendación de quién, pero en una movida arriesgada se decidió la mudanza a Los Ángeles. No deja de ser curioso pensando que en Estados Unidos existen un montón de sitios deseosos de tener un representante en la NBA y justamente se eligió un lugar que ya tenía equipo y que desde hacía varios años estaba asentado.

Con más golpes que caricias, los Clippers se hicieron un pequeño lugar en la glamorosa metrópoli californiana y después 26 años no parecen tener intención de armar el bolso y buscar otro destino, a pesar de seguir con el estigma de perdedores que los persigue desde su nacimiento y de tener que vivir a la sombra de un vecino demasiado poderoso.

Philadelphia Phillies (Beisbol)

Hasta sus propios hinchas se burlan de la desgracia de los Phillies. (Reuters)

Serio candidato a robarle el lugar de privilegio que ostentan Los Angeles Clippers. Este equipo que milita en la Mayor League Beisbol (MLB) es de los más viejos del deporte estadounidense y uno de los pocos que todavía reside en su lugar de creación. Se fundó en 1883 como Philadelphia Quakers, nombre que definitivamente cambió por su actual denominación en 1890. A lo largo de su centenaria vida el momento cumbre ocurrió en 2007, cuando se convirtió en la única franquicia profesional de Estados Unidos en llegar a las 10.000 derrotas. Con esa caída por 10-2 ante Saint Louis Rams, se transformó en el perdedor más grande del país.

La saga empezó el 1 de mayo de 1883 cuando los Phillies cayeron 4-3 con Providence Grays. Aquella temporada de presentación marcaría el comienzo de lo que sería una marca registrada para el conjunto de Filadelfia: ganó 17 partidos y perdió 81. Y los malos números siguieron. Entre 1918 y 1948 tuvo solo 1 campeoanto con récord positivo, además entre 1919 y 1945 finalizó en la última colocación en 16 oportunidades. Ni siquiera haber ganado la Serie Mundial de 1980 hizo cambiar la visión negativa y hasta fue motivo de burla de un ex jugador. “Incluso los monos a veces se caen de los árboles”, dijo Solly Hemus, quien visitó la camiseta de los Phillies en la década del 50.

El simio se cayó nuevamente en 2008 con la segunda conquista de la Serie Mundial. Casi se vuelve a caer en 2009, pero a último momento se agarró de una rama porque todo retornó a la normalidad. En la serie final Philadelphia perdió 4-2 con New York Yankies, en una definición que paralizó a la Gran Manzana.

Sin dudas Philadelphia Phillies entró en la historia grande del deporte, pero por la puerta de atrás.

Minardi Team F1 (Automovilismo)

Patrick Friesacher a bordo de un Minardi en el GP de Gran Bretaña de 2005. (Wikipedia)

La Fórmula 1 debería estarle muy agradecida a Giancarlo Minardi, el creador de esta estructura en 1980. A pesar que durante sus 2 décadas de existencia a sus autos era normal verlos en el fondo del pelotón, cumplió una función importante porque les permitió a muchos pilotos dar sus primeros pasos dentro del circo de la máxima categoría del automovilismo mundial. El caso más famoso es el de Fernando Alonso, 2 veces campeón del mundo, que comenzó corriendo aquí y, luego de pasar por Renault, en 2 ocasiones, y McLaren, ahora es el volante número 1 de Ferrari.

Minardi apareció en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Brasil 1985 y la primera señal no fue positiva. Pierluigui Martini, el único piloto que inscribió la escudería, no llegó a concluir la carrera porque el motor Ford no aguantó. Contrariamente a lo que se puede pensar los problemas mecánicos no fueron una característica de los autos del equipo con sede en Faenza porque a pesar del bajo presupuesto logró una confiabilidad que otros con más plata envidiaban.

Durante las 20 temporadas en las que Minardi participó disputó 345 competencias en las que sus pilotos no ganaron ninguna, no se subieron a ningún podio, no lograron vueltas rápidas ni tampoco pole positions y entraron en la zona de puntos solamente en 21 carreras. Su mejor temporada fue la de 1991, cuando con 6 puntos ocupó el séptimo puesto en el Campeonato de Constructores gracias a lo realizado por Pierluigi Martini y Roberto Morbidelli. Irónicamente al año siguiente sumó 7 unidades, pero culminó en el octavo lugar.

Algunos nombres famosos que pasaron por Minardi: Alessandro Nannini, Alessandro Zanardi, Christian Fittipaldi, Giancarlo Fisichella y Jarno Trulli. También estuvieron las dos últimas experiencias argentinas en la Fórmula 1: Estaban Tuero y Gastón Mazzacane.

En 2001 el empresario australiano Paul Stodart se convirtió en el dueño mayoritarío de la escudería. Este intentó traer nuevos bríos, pero los contratiempos monetarios eran cada vez más complejos de solucionar. Por eso en 2005 se decidió la venta total a Red Bull y pasó a llamarse Scuderia Toro Rosso. Actualmente bajo el mando de su creador, la estructura se mantiene en diversas categorías promocionales en Italia y en Europa haciendo lo que mejor sabe hacer: descubrir nuevos talentos.

Fuentes/Links relacionados

Famosos a la inversa (Parte 2)

Australian Handball Federation

Perfíl selección masculina de Australia (International Handball Federation)

Perfíl seleccón femenina de Australia (International Handball Federation)

Passion but no glamour for Monaco’s team (Reuters)

Federación de Rugby de Mónaco

Partidos de Liechtenstein (fifa.com)

La noche mágica de Liechtenstein (fifa.com)

Liechtenstein, Die Elf (Periodismo de Fútbol Internacional)

Historia de Los Angeles Clippers (clippers.com)

Phillies become America’s biggest losers (Reuters)

The Beautiful Losers: An Oral History Of The Philadelphia Phillies (Sports Illustrated)

Minardi F1 Team rueda por última vez (Europa Press)

Estadísticas de Minardi (thef1.com)

Nobles y plebeyos conviven en la Fórmula 1 (Clarín)

Sitio oficial de la Fórmula 1

Sitio oficial de Minardi