Victor Straffin: El japonés de ojos azules

Nació en una aristocrática familia del imperio ruso con un padre que ocupaba un alto rango en las tropas del Zar Nicolás II y sin vinculación con Japón, y mucho menos, con el béisbol. Sin embargo, diversas situaciones políticas, sociales y una vida plagada de tragedias y con puntos oscuros derivaron en que Victor Straffin se convierta en una exótica leyenda del deporte más popular del país asiático.

En la historia de Straffin las complicaciones aparecen desde el principio porque no queda claro cuando Evdokia, su madre, dio a luz. Según el calendario que se usaba en Rusia en 1916 nació el 21 de abril. Después de la caída de Nicolás II se cambió el almanaque y la nueva fecha pasó a ser el 4 de mayo, aunque, aparentemente, lo anotaron el 1 del mismo mes porque era un día fácil de recordar. De todas maneras, la más aceptada por los biógrafos es la del 4 de mayo.

Los grandes problemas comenzaron con la revolución bolchevique. Los Straffin, que habían sido leales al Zar, huyeron a Siberia. Primero Evdokia escapó con el pequeño Victor, de sólo 1 año, y luego se sumó Konstantine, el padre, que se había alistado en las tropas rebeldes. Para reencontrarse con su familia pasó un calvario. Según algunas fuentes, parte del trayecto lo hizo escondido entre cadáveres de muertos por tuberculosis.

Una vez reunidos salieron de Rusia y se recluyeron en una comunidad de refugiados en China, en donde vivieron 5 años hasta que finalmente se instalaron en Japón. Ya en Asahikawa, los Straffin, que el poco dinero que les quedaba lo gastaron en los trámites migratorios, empezaron de nuevo. Lejos de la vida militar, Konstantine vendía telas importadas desde Europa y Evdokia horneaba pan en un negocio local.

Victor, por su parte, en el colegio conocía al béisbol y llamaba la atención no sólo por su aspecto físico (a diferencia de sus compañeros era alto, rubio y de ojos azules), sino también por el juego potente.

Parecía que los Straffin habían encontrado algo de paz, pero fue sólo por un tiempo. En un viaje a Kobe conocieron a Maria, una joven inmigrante rusa a la que contrataron para la nueva casa de té que administraba la familia. Tiempo después, Konstantine comenzó a tener una relación amorosa con ella y la situación se fue de las manos cuando en febrero de 1933 la asesinó. Primero dijo que la encontró con otro hombre y la mató por celos, más tarde dio otra versión. Sostuvo que descubrió que era una espía soviética. Lo concreto es que lo sentenciaron a 8 años de trabajos forzados en la cárcel.

Paralelamente Victor era una estrella del béisbol colegial y las mejores universidades de Japón lo pretendían para sus equipos.

Firma forzada

Matsutaro Shoriki era el dueño del diario más importante de Tokio y observó en la creciente popularidad del béisbol la posibilidad de hacer negocios. El problema era que no existía una estructura sólida y las competencias eran amateurs, con los torneos universitarios como los más convocantes.

En 1931 y 1932 Shoriki organizó dos giras con los jugadores más importantes de la Major League Baseball (MLB) de Estados Unidos. Tanto en lo deportivo como en lo económico la experiencia fue un fiasco. Los japoneses no estuvieron a la altura de las circunstancias y los combinados visitantes prácticamente no encontraron oposición. Por eso, para 1934 Shoriki decidió armar un equipo profesional y Victor Straffin era una de las prioridades.

La misión de incorporar a Straffin no fue sencilla. Al ruso le quedaba un año de secundaria y quería ganar con sus compañeros el campeonato nacional, el torneo más importante del circuito colegial. Sin embargo, la situación familiar era demasiado compleja. Con el padre preso y la casa de té cerrada, abundaban los problemas monetarios y existía el riesgo de la deportación. Además el empresario le prometió que iba a utilizar sus influencias para que a Konstantine le redujeran la pena. Presionado, no tuvo más opciones que firmar el contrato.

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Victor Straffin.

Aquella visita de la MLB en 1934 es vista como un punto de inflexión en la historia del béisbol japonés porque generó mucha expectativa, sobre todo por la presencia de un futuro mito como Babe Ruth, y significó la explosión definitiva del deporte en Japón. Entremezclado en ese plantel aparecía Moe Berg, que aparte de batear era agente de la CIA. Varios historiadores sostienen que en ese viaje cumplió la primera misión que le encomendaron.

En 1936 se puso marcha el béisbol profesional japonés con varios torneos aislados entre sí y recién a partir de 1939 comenzó a jugarse un campeonato único. El nacimiento del nuevo certamen coincidió con el mejor momento de Starffin, que dejó de ser un personaje particular y con un rol secundario para convertirse en figura. En esa temporada con Yomiuri Giants, creado por Shoriki y que es el equipo más popular de Japón, ganó la liga y el premio al jugador más valioso.

También en lo personal las cosas iban bien. Se casó con su primera esposa, Lena, a la que conoció en una iglesia ortodoxa de Tokio, y Konstantine fue liberado de la cárcel, en donde estuvo 4 años y medio gracias a la intervención de Shoriki. Pero en la vida de Straffin la felicidad nunca pudo ser completa.

El prisionero Hiroshi Suda

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial la liga japonesa continuó, pero con varias ausencias porque muchos jugadores fueron reclutados por el ejercito. No fue el caso de Straffin por ser inmigrante. En 1940 con Yomiuri Giants ganó el segundo de los 6 títulos consecutivos de la franquicia y volvió a ser premiado como el mejor jugador.

Con motivo de la guerra se prohibieron las palabras extranjeras y a Straffin lo obligaron a utilizar un nombre nativo. Muy a disgusto pasó a llamarse Hiroshi Suda. Desde ese momento lo apodaron el japonés de los ojos azules. Pese al forzado cambio, su aspecto occidental generaba desconfianza y se lo veía como un potencial agente extranjero. Por eso, cuando jugaba lejos de Tokio debía pedir permisos especiales para salir de la ciudad.

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La temporada de 1941, que finalizó una semana antes del bombardeo a Pearl Harbor, no fue la mejor para Straffin (Suda). Entre problemas de salud y físicos, sólo jugó 20 partidos. Nuevamente le negaron nacionalidad japonesa aduciendo que provenía de un país enemigo y que su padre estuvo condenado por asesinato.

Con sólo 6 equipos en la liga, el interés decayó y en noviembre de 1944 el campeonato se suspendió. En esos días sin béisbol, Straffin (Suda) y su familia quedaron detenidos en una granja junto con otros extranjeros. Allí su salud se debilitó. Era el inicio del declive.

Mientras estuvo encarcelado entabló relación con un australiano y aprendió inglés. Una vez terminada la guerra, y de vuelta con su nombre verdadero, trabajó como traductor en un batallón de ingenieros estadounidense. A la vez, intentaba retornar al béisbol.

Yomiuri Giants le cerró las puertas y con casi 30 años su carrera parecía acabada. Gracias a Sadayoshi Fujimoto, ex entrenador del conjunto capitalino, se incorporó al recientemente creado Pacific Robins.

En la vida personal se divorció de Lena, que cansada de Japón se fue a Estados Unidos con un amigo que conocía de la iglesia ortodoxa de Tokio y que retornó como intérprete de las fuerzas estadounidenses, y cayó en el alcoholismo. Jamás volvió a ser el mismo.

Con la camiseta de Kinei Stars, la de 1949 fue su última gran temporada. Se retiró en 1955 jugando para Takahashi Unions, el peor equipo de la Liga del Pacífico. Lo más relevante de ese año fue haberse convertido en el primer jugador profesional del béisbol japonés en alcanzar las 300 victorias. Sin embargo, para ese momento, su estilo de juego era obsoleto.

Victor Starffin festejando las 300 victorias.

Ya retirado en la radio condujo un programa musical y consiguió papeles muy menores en películas. El mayor sustento era su segunda esposa peluquera. A la vez la salud empeoraba y, al igual que su padre, comenzó a tener episodios de paranoia. Dormía con un bate y cuando entraba a un edificio necesitaba revisar las vías de escape.

A diferencia de su nacimiento, se sabe que murió el 12 de enero de 1957 y que fue arrollado por un tren. El misterio gira en torno si el incidente ocurrió porque se suicidó o estaba conduciendo borracho y no se percató que la barrera estaba baja. Lo cierto que es prácticamente falleció olvidado.

El reconocimiento a Starffin llegó post mortem. En 1960 se transformó en el primer extranjero en ingresar al Salón de la Fama del béisbol japonés y en 1983 en Asahikawa, ciudad que siempre lo recordó con cariño, se inauguró un estadio para 25.000 personas que lleva su nombre, con la particularidad que es el único en Japón para jugar al béisbol que recibe la denominación de un jugador.

Además, varios historiadores insisten que por los récords que estableció, muchos de los cuales aún se mantienen vigentes, y su trayectoria al menos debería ser considerado para figurar en el Salón de la Fama en Coopertown, Estados Unidos.

Por diversos factores en Rusia Starffin es un personaje desconocido. En el lugar donde nació vivió 1 año y no hay registros que indiquen que haya retornado. A eso se agrega que emigró a un sitio con históricos cortocircuitos diplomáticos con Rusia y que práctico un deporte de nulo arraigo en su país de origen. Por eso para que la historia sea conocida un grupo de documentalistas rusos está produciendo «Starffin, en el otro lado del Sol», un documental independiente sobre su vida.

Aunque sus mejores años dentro de la cancha coincidieron con un momento crítico por la guerra y tuvo una vida demasiada conflictiva y trágica, a la larga Straffin es evocado como un personaje central en la historia del béisbol japonés.

Victor Straffin en acción (es el jugador con el número 17)

Victor Straffin (Society for American Baseball Research)

Victor Straffin: The greatest pitcher in japanese baseball history?

Writer takes memorable trip to Victor Starffin Stadium in Asahikawa (Japan Times)