En los deportes invernales el clima juega un papel preponderante porque sin nieve o hielo es imposible practicarlos. Pese a que se han experimentado con algunas versiones veraniegas, estás nunca funcionaron. Este factor obliga a que el radio de acción se limite a países en donde el invierno es muy crudo, lo que no impide que cada tanto aparezca algún personaje proveniente de un lugar tropical que rompe los esquemas.
De los varios casos que hay el más famoso es el del equipo de bobsleigh de Jamaica, historia que fue llevada al cine. También aparece el ghanés Kwame Nkrumah Acheampong, conocido como el Leopardo en la Nieve y que compitió en las pruebas de esquí de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010.
Durante el mundial de ski que se celebró en la ciudad alemana de Gamisch Partenkirchen se sumó a un nuevo integrante a la lista. Se trata de Jean Pierre Roy, el primer haitiano que participó en una competición oficial de la Federación Internacional de Ski (FIS). Roy, abuelo de 47 años, también cumple varias funciones a la vez. Es fundador, presidente y único miembro de la Federación Haitiana de Ski (FHS).
El proyecto nació tras un viaje a Haití en donde pudo ver in situ los daños que había causado el terremoto. El objetivo que persigue no se reduce a lo deportivo, ya que es un esquiador amateur sin demasiadas aspiraciones, sino que busca llamar la atención sobre la situación de su país de origen, aunque desde muy chico vive en las afueras de París, lugar al que emigró con sus padres. «Cuando vi toda la miseria, pensé que tenía que hacer algo. Tuve la idea de ir al Mundial para hacerle saber al planeta que Haití todavía esta aquí», explicó Roy.
Jean Pierre Roy
El primer pasó fue contactarse con la FIS. “Ellos me ayudaron mucho, respondieron rápidamente todos los mails”, contó Roy. El 6 de noviembre de 2010, y luego de pagar 50 euros de inscripción, la máxima entidad del ski aprobó la incorporación del nuevo y exótico miembro. Más difícil fue lograr el reconocimiento por parte del Comité Olímpico Haitiano y del gobierno.
“Tratamos con los gobernantes, pero fue demasiado complicado. Entonces mande una carta a alguien que conocía a alguien, que a su vez conocía al alguien, que a su vez conocía a alguien más, hasta que finalmente logramos el contacto”, comentó el dueño de un negocio de computadoras en la capital francesa.
Poco tiempo después se lanzó a la aventura junto con Thierry Montillet, a quien conoció en un club parisino y que al mismo tiempo es entrenador, manager, relacionista publico e incluso en ocasiones cumple el rol de psicólogo. “Estaba demasiado asustado. La gente se reía, decía que no debía estar aquí. Fue la peor carrera. Había demasiada niebla y largue en el puesto 92. Terminé vigésimo quinto porque 67 de los competidores se cayeron”, contó Roy sobre la primera experiencia competitiva en Val Thorens (Francia), en la que finalizó último a más de 1 minuto del ganador.
Compitió en 6 carreras, todas ellas en Francia, y pese a que tuvo pobres registros sólo en una no pudo alcanzar la meta, lo cual es un mérito muy grande, más teniendo en cuenta que entrenó en un emulador que instaló en el garage de su casa y observando detenidamente fotos de las grandes figuras del esquí para tratar de imitar sus movimientos.
Roy durante un entrenamiento en el patio de la su casa.
Crease o no pudo sumar los puntos necesarios para clasificar al Mundial que se celebró en Garmisch Partenkirchen. En el centro invernal bávaro, conocido por haber sido sede olímpica en 1936, no pasó desapercibido. Llamó la atención de los medios, las máximas figuras del ski e, incluso, de la Canciller Angela Merkel.
Dominó la complicada pista teutona y consiguió ubicaciones respetabables para su actualidad. En el Slalom culminó en el puesto 78, mientras que en el Super G (Súper Gigante) terminó 127.
Para Roy este es simplemente el inicio de un largo camino porque en mente tiene un plan más ambicioso: armar un equipo olímpico para Sochi (Rusia) 2014. «Estoy buscando haitianos en Francia, Estados Unidos o Canadá. Hace poco recibí una carta de una pareja francesa que adoptó un haitiano y viven en las montañas. El hijo tiene 10 años, esquía desde los 4 y todavía tiene el pasaporte haitiano. Quizás en algunos años sea un buen esquiador», se ilusiona Roy.
Según Roy «la meta es dar una imagen positiva de Haití. Conmigo, cuando hablas de Haití, no hay miseria, no hay desastre. Hay esquí». Por el momento está logrando su cometido.
Links/Fuentes relacionadas
Un abuelo abre la dimensión de la nieva para Haiti (DPA)
Roy letting Worlds know ‘Haiti is still there’ (Universal Sports)
Alpine skiing: Haitian grandfather no longer a laughing stock (Reuters)