El Expreso indo-pakistaní

Bopanna (izquiera) y Qureshi (derecha). (Getty Images)

En infinidad de ocasiones largos y tediosos encuentros diplomáticos que se supone deben solucionar una compleja situación entre dos países a la larga son infructíferos y para lo único que sirven es para empeorar y entorpecer aún más las cosas. Sin proponérselo el deporte en varias ocasiones ha logrado lo que la alta diplomacia ni siquiera ha estado cerca de alcanzar. Un buen ejemplo de ello son Aisam-Ul-Haq Qureshi y Rohan Bopanna. El primero nació en Pakistán y el segundo en India, dos naciones que viven, con altos y bajos, una relación tirante permanentemente, y forman pareja de dobles en el circuito masculino de tenis.

“Cuando empezamos las tensiones ente Pakistán e India no fue algo que nos preocupara. Estaba jugando con mi amigo”, dice Qureshi, quien se convirtió en el tercer jugador de su país en llegar a Wimbledon después de Khwaja Saeed (1954, 1955 y 1958) y Haroon Rahim (1976). “Hablamos lenguas similares. Yo hablo hindú y Aisam urdú. No pensamos en las divisiones hasta que los medios nos advirtieron”, explica Bopanna, quien agarró una raqueta por primera vez gracias a su padre.

El comienzo de la unión tenística no fue la más sencilla: “Inicialmente tuvimos algunos problemas porque un pakistaní apoyaba a un indio, pero ahora la gente aprecia que juguemos juntos”, comenta Bopanna. “Es lindo ver pakistaníes e indios alentando a un mismo equipo, esto no se ve en ninguna otra parte ni en ningún otro deporte. Nuestra relación adentro y afuera de la cancha prueba que el trato entre indios y pakistaníes puede ser bueno”, describe Qureshi.

Para Qureshi, 43 en el ránking de dobles, tener que compartir una cancha de tenis con un enemigo no es un hecho novedoso. En 2002 se encontró en el ojo de la tormenta cuando formó pareja con el israelí Amid Hadad, con el que alcanzó tercera ronda en Wimbledon y segunda en el US Open. Esto le trajo aparejado muchos problemas en Pakistán y recibió mala prensa y duras críticas. Llegó a tal punto que la federación pakistaní lo amenazó con expulsarlo del equipo de Copa Davis. Al final de esa temporada la ATP los premió con el Arthur Ashe Humanitarian Award, reconocimiento que el circuito les da a aquellos que cumplieron alguna labor humanitaria destacada.

«Paren la guerra. Que empice el tenis» dicen que las camperas que están usando en Wimbledon. (Reuters)

Aprovechando la mistad que hay entre ambos, Qureshi/Bopanna, campeones en Johannesburgo a principio de año y finalistas en Casablanca y Niza, tienen pensado organizar un partido de tenis en el límite de sus países, más precisamente en Wagah, único punto limítrofe terrestre entre Pakistán e India. “Le preguntamos a los presidentes y a los primeros ministros de ambos países. Si lo podemos organizar la idea es que yo juegue del lado pakistaní y Aisam en la parte india”, comenta Bopanna, 478 en el ránking de dobles y nominado como Campeón de la Paz, galardón que entrega una organización que cuenta con la protección del Príncipe Alberto de Mónaco.

Así como la selección de cricket de Afganistán juega por algo que más que la gloria deportiva, Qureshi, que luego del 9/11 se topó con demasiados problemas cuando tenía que entrar a Estados Unidos, pese a tener los papeles en regla, sabe que también tiene que mostrar una imagen distinta a la que se suele tener de Pakistán en Occidente. “En los últimos 2 ó 3 años la situación fue turbulenta con la guerra y el terrorismo. Se trata de enviar un mensaje positivo de mi país”, relata Qureshi, uno de los 29 pakistaníes que ha logrado figurar en la clasificación de la ATP.

En esta zona conflictiva del mundo el deporte sin buscarlo ha aportado más que la diplomacia. Hace unos meses atrás la tenista india Sania Mirza se casó con Shoaib Malik, una de las grandes estrellas del cricket en Pakistán, en un matrimonio que repercutió muy fuerte en altos estamentos políticos y religiosos. Qureshi/Bopanna, apodados el Expreso Indo-Pakistaní, reconocen que todavía hay prejuicio alrededor suyo, pero con una raqueta en la mano ya han logrado más que muchos tratados bilaterales.

Fuentes/Links relacionados

Bridging a great divide (Deuce)

India-Pakistan tennis stars transcend national distrust (BBC)

Perfíl de Aisam-Ul-Haq Qureshi (ATP)

Perfíl de Rohan Bopanna (ATP)

El día que el rugby se mudó a Soweto

Uno de los lugares en donde más se padeció el Apartheid fue en el South West Town, más conocido como Soweto. En este suburbio situado a 15 kilómetros de Johannesburgo poblado íntegramente por negros, los habitantes vivían en condiciones infra humanas. A parte de no tener derechos y de encontrarse marginados de la sociedad, una ley promulgada en 1976 por el Partido Nacional obligaba a que en las escuelas se enseñara el afrikáner, idioma con mezcla del holandés e inglés que toma modismos locales y que era utilizado por los colonos.

En los colegios de Soweto los profesores se negaban a enseñar y los alumnos a aprender lo que consideraban la lengua del opresor. La situación llegó al punto límite el 16 de junio de 1976 cuando los estudiantes tomaron las calles para protestar. La policía reprimió salvajemente y disparó sin piedad contra manifestantes armados solamente con piedras y palos.

La primera victima fue Hector Pierterson. La foto del cuerpo del chico de 13 años ensangrentado llevado por Mpuyisa Makubi con su hermana Antoinette al costado llorando desconsoladamente dio la vuelta al mundo y quedó como una imagen testigo de lo que sucedía en Sudáfrica. Se calcula que ese día murieron alrededor de 500 personas.

Esto marcó el inicio de una escalada de violencia que se extendió por todo el país. Para colmo desde el Gobierno se dictaban normas cada vez más severas que lo único que hacían era empeorar la situación. “Deberíamos haber matado a 1.600 o 10.000, si eso hubiera conseguido detener la violencia en el mismo comienzo”, decía ya retirado Theuns Swanepoel, quien dirigió la represión en Soweto y que, se supone, dio la orden de tirar a matar. Estos sucesos  desembocaron en la caída del Apartheid, por lo menos desde la legalidad. Por eso el 16 de junio es considerado el Día de la Juventud y es fiesta nacional.

Tantos años de subyugo y represión llevaron a que la comunidad negra sintiera despreció y rechazo por todo aquello que estuviera relacionado con los afrikáners, incluido el deporte, con el rugby a la cabeza.

A 34 años de aquellos hechos en Soweto sus habitantes todavía lidian con dificultades como las drogas, el Sida o la delincuencia juvenil, pero en otros aspectos hay situaciones que están cambiado, a tal punto que se han podido disputar dos partidos de rugby de primer nivel en esta localidad, algo que no mucho tiempo atrás era inimaginable.

Vodacom Blue Bulls es un equipo con base en Pretoria y uno de los más fuertes del poderoso Super 14, torneo que reúne a combinados provinciales de Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, las 3 potencias del Hemisferio Sur. Originalmente llamado Northern Transvaal (la región que representa), a mediados de los 90 cambió su denominación por una más marketinera anteponiéndole el nombre del sponsor de turno. Históricamente se lo vinculó con la policía y las fuerzas armadas, aunque con el advenimiento del profesionalismo esta unión se ha ido diluyendo, y con los afrikáners, por lo que hinchas y jugadores eran exclusivamente blancos.

Como Loftus Versfeld, fortaleza en donde es casi invencible, será utilizado durante el mundial de fútbol y esta fuera de servicio para preservar el campo, Blue Bulls buscó un lugar alternativo para afrontar las semifinales ante Crusaders de Nueva Zelanda. Pese a que tenían varias opciones, los directivos se inclinaron por el Orlando Stadium de Soweto, que no acogerá ningún partido de la Copa del Mundo, pero si será utilizado como lugar de entrenamiento por algunas selecciones.

Así el gran equipo blanco y afrikáner iba a presentarse en el seno del gran barrio negro y no muy lejos de donde se iniciaron los disturbios del 76. Esta decisión causó mucho revuelo y sorpresa entre los líderes políticos sudafricanos. La noticia, con más relevancia social que deportiva, captó casi tanta o más atención que la previa del Mundial.

«La última vez que muchos blancos, particularmente los que hablan afrikáns, vinieron a Soweto fue en 1976 cuando la policía del Apartheid intentó detener el levantamiento de jóvenes armados con piedras”, decía el diario The Star. El matutino Citizen calificó esa jornada como “un gran día”.

La llegada de Blue Bulls contó con la bendición de Desmond Tutu, quien peleó con Nelson Mandela en la lucha para terminar con la discriminación legalizada y habitante de Soweto. “Es la mejor noticia que ha recibido el país desde el Mundial de rugby de 1995”, expresó el premio Nobel de la Paz. “Es uno de esos momentos especiales para Sudáfrica que demuestra que  unos y otros hacemos lo mejor a pesar de los problemas que afrontamos.  Nuestra sociedad va en el camino correcto”, opinó Tutu, quien reconoció ser hincha de Stomers Rugby, que jugaba la otra semifinal, pero que en esta oportunidad iba alentar a Blue Bulls.

“Este partido es grandioso para nuestro país y es grandioso que el rugby llegue a Soweto”, decía el capitán de Blue Bulls Victor Matfield, quien vistió la camiseta de los Springbooks, equipo aborrecido por los negros en su momento, y con más de 100 partidos para el conjunto de Pretoria.

Aunque apoyaban la iniciativa, desde el Soweto Rugby Club no creían que la visita les pudiera ser ventajosa. «Dudo que le pueda traer un beneficio al club», expresó a la agencia Reuters Zola Ntlokona, secretario de la entidad. «Esta semifinal se podría haber jugado en Japón, no simboliza nada para nosotros. No somos hinchas de Blue Bull», completó el directivo.

Aquel sábado 22 de mayo una legión de afrikáners arribó a Soweto. Esta vez no venían ni con armas ni escudos protectores. Ahora traían banderas, camisetas azules y todo tipo de cotillón para alentar a su equipo. Llegaron con cierto temor lógico a un lugar al que no sabían como iban a ser recibidos y en donde muy probablemente sus padres o abuelos habían reprimido salvajemente. Desde la organización dejaron en claro que no se tomó ninguna medida especial de seguridad y que todo se desarrolló con normalidad.

Gracias a la gran actuación del medio scrum Fourie du Preez Blue Bulls ganó 39-24 y por segunda temporada consecutiva se metió en la final del Super 14. Al haber terminado primero en la fase clasificatoria pudo ser local en el encuentro decisivo, acogido nuevamente por el Orlando Stadium. Esta vez el rival era Stomers Rugby de Ciudad del Cabo. Las incidencias del encuentro fueron seguidas en la tribuna por Jacob Zuma, el presidente sudafricano, y Tutu. La celebración fue completa porque Blue Bulls se impuso 25-17 y retuvo el campeonato.

Blue Bulls festeja el título del Super 14.

Varios de los residentes de la zona aprovecharon la oportunidad para vender cerveza o comida en las puertas de sus casas y conseguir algo de dinero extra que nunca viene mal, sobre todo en esta zona. «Todo el mundo fue muy amistoso con nosotros, el juego fue grandioso… Ver a los blancos caminar por las calles de Soweto con una cerveza en la mano fue increíble. Definitivamente volveremos», le contaba tras la semifinal a Reuters Jeanne Hesquar, un seguidor de Blue Bulls.

Más allá de la conquista deportiva en si, lo realmente importante es que la barrera racial en Sudáfrica de a poco va cayendo y, aunque todavía la discriminación sigue estando latente dentro de la sociedad, es evidente que algo esta cambiando.

Fotos: Getty Images

Fuentes/Links relacionados

Symbolic moment as rugby comes to black township of Soweto (Reuters)

Rugby-Afrikaner’s chosen sport enters black township of Soweto (Reuters)

South Africans unite in township rugby final (Reuters)

Soweto Super 14 games is historiy in the making (stuff.co.nz)

Bulls to put Super 14 title on the line in Soweto (super14.com)

Times change as Super 14 moves to Soweto (super14.com)

Tutu praises Bulls for playing in Soweto (super14.com)

Bulls repel Crusaders to reach Super 14 final (Reuters)

Soweto, una década de disturbios raciales (El País)

Soweto, 30 años después (BBC Mundo)

Soweto, el principio del fin (BBC Mundo)

“Soweto cambió todo” (BBC Mundo)

Los rebeldes de Soweto, 25 años después (El País)

Sitio oficial del Super 14

Sitio oficial de Vodacom Blue Bulls