Al podio

Una digna partición de Historias Deportivas ayer en los Premios Estímulos que entregó TEA y Deportea. El blog no ganó pero terminó entre los 3 más votados logrando un lugar en el podio junto con Valechumbar. El galardón, con toda justicia, quedó para Fue Buena, blog del que del que soy asiduo lector y que recomiendo al que le gusta el tenis.

Más allá de ganar o no ganar para Historias Deportivas fue un honor haber figurado entre los nominados teniendo en cuenta que este es un blog chico, que tiene 1 año y un par de meses de vida y que quedaron al margen varios blogs muy buenos y e importantes que hubieran merecido su lugar entre los candidatos.

Vale también el reconocimiento para el resto de los blogs y sitios de Internet participantes: TicEspor, La Pelota no Dobla, Dame Pelota, El Circuito Cerrado, Rugby Fun y La Legión Argentina.

Por otra parte, y aunque pueda sonar un poco chupamedias, hay que destacar que TEA y Deportea tenga en consideración a los blogs al mismo nivel que los medios tradicionales como lo son los diarios, la radio o la televisión.

Para cerrar un agradecimiento a todos aquellos que creyeron que Historias Deportivas merecía el premio.

Un Caballero en la ruta

Eusebio Marcilla vivió en una época equivocada. A bordo de las Cupecitas del Turismo Carretera recorrió las polvorientas rutas argentinas a la sombra de Juan Manuel Fangio y los hermanos Juan y Oscar Gálvez, sin dudas los pilotos más dominantes de la Era Dorada del automovilismo local. Por cuestiones políticas se vio obligado a ocupar un lugar secundario en la consideración de los medios, los cuales en muchas ocasiones solían ignorarlo por ser afiliado a la Unión Cívica Radical (UCR) en pleno auge peronista. Murió trágicamente durante una carrera y a partir de ese momento nació el mito.

Debutó en 1940 a bordo de un Chevrolet que en sus puertas llevaba pintado el número 80 durante el Gran Premio Internacional del Norte, carrera que se extendió por 9.445.400 kilómetros y que unió Buenos Aires con Lima. Tuvo que abandonar por un vuelco en Catamarca. Ese mismo año Marcilla, nacido el 16 de mayo de 1913, recibiría el mote que lo acompañaría durante toda su vida: El Caballero del Camino. Este apodo se lo ganó por las actitudes desinteresadas que solía mostrar durante las carreras, las que varias veces le impidieron subirse a lo más alto del podio.

La anécdota más famosa que lo grafica tal como era sucedió durante el Gran Premio América del Sur, más conocido como Buenos Aires-Caracas. Luego que la organización tuviera que cancelar el día de descanso en Lima por culpa de una revolución que se avecinaba, los pilotos se vieron obligados a tener que correr de noche y con pocas horas de descanso encima. El que se llevó la peor parte fue Fangio, que en el paraje Huanchasco sufrió un accidente en el cual perdió la vida su acompañante Daniel Urrutia.

El primero en pasar por el lugar del incidente fue Marcilla, quien venía liderando la carrera con bastante holgura. Se detuvo y trasladó a sus colegas a un hospital cercano. Esto le hizo perder un tiempo valioso (casi media hora), el cual nunca más pudo recuperar en el resto de la competencia y por eso terminó en la segunda colocación. A él no le importó. Estaba tranquilo consigo mismo por haber cumplido con su labor humanitaria. Gracias a sus actitudes se había ganado el cariño del público que solía arrebatar los caminos para ver de cerca, aunque más no sea por unos pocos segundos, a los ídolos del TC.

A causa de su ideología Marcilla sufrió algunos problemas con el gobierno de turno. Quien fue subcampeón del TC en 3 ocasiones (1947, 1948 y 1952), era miembro de la UCR en Junín y terminantemente se negó a mostrar leyendas peronistas en el auto, lo cual generó mucho enojo en varios funcionarios gubernamentales.

El no haber llevado publicidad oficial le pudo haber ahorrado algunos dolores de cabeza, como eludir las infinitas trabas que le ponían para conseguir permisos para traer repuestos importados, y hubiera significado un ingreso de dinero extra, pero prefirió mantenerse firme con sus ideales. En este aspecto, el periodista Alfredo Praga lo describió de la siguiente manera: “Eusebio conocía muy bien el exacto valor de la moneda. La consideraba una pieza útil únicamente para el comercio. Pero sucia y bastarda para manejar el pensamiento. Sus convicciones no tenían precio”.

Los antiperonistas solían decir de Marcilla que “era el símbolo de una irreductible libertad de pensamiento y que era todo un ejemplo de respetable grandeza”. En cambio los peronistas se referían a él como “un contrera cuya participación en el automovilismo se la bancaban los responsables económicos del Partido Comunista Argentino”.

Por su afiliación radical, algo que durante la Argentina peronista es algo muy difícil de sobrellevar, fue ignorado por muchos medios, especialmente por Luis Elias Sojit, cuya voz se reproducía en la mayoría de las radios argentinas durante las presentaciones del TC y que nunca escondió su simpatía hacía el peronismo. En las  transmisiones radiales, única manera de seguir las competencias, Sojit ignoraba a Marcilla. Si tenía que referirse a él lo hacía diciendo “ahora pasa el auto negro” o “el Chevrolet número 3”, pero jamás lo llamó por nombre y apellido. Raramente algunos diarios publicaban una foto de su auto y si lo hacían sólo mostraban la parte de atrás para que no se vieran las publicidades. Por supuesto que esto generaba mucho enojó entre sus coterráneos, que lo tenían como máximo referente de la ciudad.

Aquel 14 de marzo de 1953 a las 10:45 de la mañana fue el día trágico. Mientras disputaba la Vuelta de Santa Fe en la localidad de Recreo, situada a 15 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, a casi 180 km/h, el Chevrolet patinó a la salida de una curva y comenzó a dar vuelcos, que se detuvieron al chocar contra un poste de alta tensión. El auto quedo destrozado y la nafta hizo contacto con algún cable suelto que lanzaba chispas, por lo que se desató el incendió. Orlando Benzi, dueño de una estación de servicio cercana, apagó el fuego. Jorge Orduna, otro lugareño, fue el encargado de llevar a las dos victimas del accidente a un nosocomio cercano. A las 13:30 los médicos confirmaron lo que nadie quería escuchar: El caballero del camino había muerto. Todo el TC y Junín lo lloró.

A más de medio siglo de su deceso la imagen de Marcilla sigue viva, en especial en la ciudad bonaerense donde nació. Recientemente se inauguró un autódromo que lleva su nombre, hay una estatua que lo homenajea y una asociación que llevaba su nombre. En Recreo tampoco se olvidan de él. En el sitio del choque hay un monumento que recuerda el hecho y hay una entidad que se encarga de la preservación y mantenimiento del mismo. Todo esto para no olvidar a la figura de quien realmente hizo honor a su apodo de Caballero del Camino, tanto arriba como abajo del auto.

Imagen 1: Dibujo de Alberto Guerrero del Chevrolet negro de Marcilla

Imagen 2: Eusebio Marcilla en la tapa de El Gráfico (elgrafico.com.ar)

Fuentes/Links relacionados

Junín y su tributo a Eusebio Marcilla (La Opinión de Rafaela)

Eusebio Marcilla (Campeones)

Historia Política del Deporte Argentina (1610-2002)-Víctor Lupo (Corregidor)

Chevrolet 1940 TC-Eusebio Marcilla (Museo Fangio)

La historia jamás contada de los Blackbirds

Un día de 1995 Melissa Merson llevó a su padre Leo al Museo del Holocausto en Washington DC. Seguramente nunca imaginó que durante esta excursión iba a escuchar un relato que desconocía de la época en la que su progenitor jugaba al básquet en la Long Island University. “Se suponía que tendría que haber ido a los Olímpicos”, dijo Leo desde su silla de ruedas mientras observaba una muestra dedicada a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y en la cual las imágenes heroicas de Jesse Owens se repetían una y otra vez. Y era verdad. Él junto a sus compañeros podrían haber estado allí, pero sus principios pesaron más que las medallas.

Al ser el lugar en donde nació, en Estados Unidos a mediados de la década del 30 el básquet ya estaba instalado, mientras que en Europa y en algunos lugares de Sudamérica, caso Argentina, todavía se estaban incorporando conceptos básicos del juego, pero ya contaban con una estructura organizativa sólida. Ante el evidente crecimiento de la actividad, por consejo de Carl Diem, mano derecha de Adolf Hitler en la organización de la cita berlinesa, la invención de James Naismith hizo su debut en el Programa Olímpico, después de un par de apariciones como evento de exhibición.

Desde ya que en la edición inaugural del torneo olímpico no podían faltar los inventores, que conformaron al equipo de una manera inusual. En el Madison Square Garden se organizó una competencia entre 8 equipos a la que fueron invitados el campeón y el subcampeón de la Amateur Athletic Union (AAU), el ganador del certamen de la Asociación Cristiana de Jóvenes, entidad que difundió el básquet por todo el mundo, y 5 conjuntos universitarios de la zona. De aquellos que ocuparan la primera y la segunda colocación, saldría la base del plantel que marcharía a Alemania. En caso de ser necesario, este se reforzaría con jugadores de los otros participantes de este campeonato denominado Olympic Trial.

Como el profesionalismo todavía era algo novedoso y sin demasiada organización, no existían ligas con una competencia fuerte (la NBA ni siquiera era un boceto). Es por eso que el nivel más exigente se encontraba en el ámbito universitario. Allí sobresalía un equipo: la Long Island University (LIU), apodada como Blackbirds, al que todos daban como candidato a ganar el Olympic Trial. Sus estadísticas así lo confirmaban. Durante los últimos 2 años había logrado un récord de 33 victorias consecutivas en la poderosa División 1 y promediando una diferencia de 23 puntos por partido. Sólo en la temporada 1935/1936 establecieron un invicto de 25-0. Es por eso que los rivales muchas veces solían referirse a ellos como “el equipo más grande de la nación”.

De los integrantes de los Blackbirds, no todos pertenecían a la comunidad judía, muy vinculada con las raíces del básquet en Nueva York y alrededores. Aunque eran la mayoría, dentro del equipo también había protestantes y católicos descendientes de italianos. Directa o indirectamente a todos les tocaba de cerca la persecución que los judíos sufrían en Alemania.

Por supuesto que aquellos que profesaban esta religión lo sentían en carne propia. Un buen ejemplo es el de Merson. Vivía en el centro de un barrio judío de Brooklyn. La presión por hacer algo con respecto a Hitler, por más pequeña que sea, estaba latente en cada momento. En el negocio de comestibles en el que trabajaba su madre todos los clientes hacían especulaciones sobre qué haría la LIU al respecto. Tampoco podía eludir este tema en su casa. En una oportunidad luego de volver de la sinagoga su abuelo le imploró que no fuera a Alemania.

En lo que probablemente haya sido una de las decisiones más difíciles de sus vidas, los Blackbirds optaron por darle la espalda a los Juegos Olímpicos. En la oficina del entrenador Clair Beer, considerado una leyenda del básquet universitario, el plantel votó en secreto y por una unanimidad decidió no presentarse al campeonato en Nueva York en forma de protesta. De los ausentes al Olympic Trial fueron los únicos que pusieron como razón la cuestión política. Los demás renunciantes adujeron problemas laborales o de estudio.

“Nuestra convicción es que Estados Unidos no debería participar en los Juegos Olímpicos por el hecho que se celebrarán en Alemania”, dijo el presidente de la LIU Tristram Walker Metcalfe cuando confirmó la decisión tomada. Así se sumaban a las voces que pedían un boicot por parte de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Berlín. Que esto ocurriera era casi una utopía porque al frente del Comité Olímpico local se encontraba un histórico y controvertido dirigente del Olimpismo como Avery Brundage, del que siempre se sospechó que tenía simpatía por la ideas de Hitler y fue un ferviente defensor de la organización de estos Juegos Olímpicos.

De aquel plantel cada uno siguió caminos muy disimiles. Julie Bender, el goleador, Ben Kramer, el capitán, Arthur Hillhouse, un pivot dominante, y Merson pasaron al básquet rentado. Los dos primeros militaron en la desaparecida American Basket League. Hillhouse también pasó por allí y luego se incorporó a la Basket Association of America, antecesora de la actual NBA, en donde estuvo 2 temporadas.

El caso más curioso es de Marius Russo. Cambió el básquet por el beisbol y cumplió el sueño del neoyorquino promedio: vistió la camiseta de los New York Yankees al lado del legendario Joe Di Maggio y ganó la Serie Mundial de 1941. Harry Grant, en tanto, también cambió de deporte y se dedicó al bowling. La lista sigue con Ken Norton, que pasó 22 años dirigiendo al equipo del Manthattan College, y Bill Schwartz, que continuó trabajando en la LIU.

Luego de enterarse de esta historia, de la cual no queda muy claro porque sus protagonistas pactaron no hablar de ella, Melissa se contactó con el Comité Olímpico de Estados Unidos, que dijo no estar anoticiado sobre esta situación. A partir de ese momento las distintas familias se desayunaron de lo que había sucedido. Michael  Farley, nieto de Bee, se comunicó con el entrenador Bob Knight, intimo amigo de su abuelo y quien fue su mentor, para preguntarle si estaba enterado de esta cuestión. “Michael, no sabía absolutamente nada acerca del boicot”, respondió un sorprendido Knight.

Los protagonistas sólo recibieron 2 homenajes. En 2001 Melissa fue una de las relevistas de la Antorcha Olímpica, que iba en camino a Salt Lake City con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002, como reconocimiento a su padre, que había muerto unos meses antes, y al resto de sus compañeros. El 26 de abril de este año los miembros judíos del plantel ingresaron al Salón de la Fama Nacional del Deporte Judío en Commack, Nueva York.

En la LIU, que comparada con universidades como la UCLA o Duke es relativamente pequeña, todavía se los recuerda con cariño y buena parte de aquella generación ingresó al Salón de la Fama de este centro de estudios. Pudo haber sido un quiebre en la historia de la institución y en la carrera de estos jugadores, pero los principios pudieron más y, a pesar de algunas criticas que recibieron en su momento, ellos se mantuvieron firmes con sus ideales. Y eso vale tanto o más que cualquier medalla.

Foto 1: El quinteto titular de la LIU (ESPN)

Foto 2: El plantel y el cuerpo técnico de la LIU a pleno (ESPN)

Fuentes/Links relacionados

A team that chose principles over gold medals (ESPN)

Long Island University Blackbird’s Boycott of 1936 Berlin Olympic Resonates Today (brooklyn.liu.edu)

Games of the XI Olimpiad 1936 (USA Basketball)

La corrupción en el COI se inició en los Juegos del nazismo (El Mundo)

Basketball Papa Jimmy Remembered (New York Times)

News from the Past-A Note from the Brooklyn Campus Archives (brooklyn.liu.edu)

Sitio oficial de los Blackbirds

El curioso caso de Robert Dee

Dentro del tenis mundial los flashes se dirigen a las grandes celebridades. Roger Federer, Rafael Nadal, María Sharapova o las hermanas Venus y Serena Williams, son sólo algunas de las figuras más reconocidas en varios rincones del planeta. Por detrás de ellos hay millones de tenistas que transitan sus días sumergidos en la más profunda ignorancia. Pocos logran saltar a la fama y, si lo hacen, probablemente es  gracias a un triunfo resonante. Pero no todos los casos son iguales, sino que lo diga Robert Dee, que vivió un fugaz estrellato por recorrer el camino inverso.

El protagonista de esta historia nació el 18 de enero de 1987 durante uno de los inviernos más crudos que recuerde Inglaterra. A los 7 años el pequeño Robert agarró la raqueta y comenzó a tejer sus sueños de ganar Wimbledon, algo que le ocurre a la gran mayoría de los británicos que empiezan a hacer sus primeros palotes en el ex deporte blanco.

robertdeesitiooficialSegún explica en la biografía de su sitio oficial, empezó a tomarse las cosas más en serio a los 16 años. Es por eso que abandono su casa y viajó hasta Florida, en donde ingresó a la prestigiosa academia de Nick Bollettieri, factoría de campeones de donde salieron, entre otros, Andre Agassi y Sharapova. Allí comenzó a trabajar con otra exigencia, tanto en la parte tenística, como en la mental y en la física. Dos años después a Dee le llegó la gran oportunidad. Un certamen en México DF le entregó una invitación especial para ingresar al cuadro principal sin tener que sortear la clasificación. Era su debut en el profesionalismo.

Esa caída ante el local Jaime Arriaga por 1-6 y 0-6 sería el comienzo de un periplo que lo llevaría a recorrer lugares tan disimiles como Estados Unidos, Holanda, Sudán, Colombia, Kenia, Irán o Noruega, entre otros tantos. Todas sus apariciones en cada uno de los torneos tenían un denominador común: la derrota. Fue así que entre 2005 y 2008 acumuló 54 caídas consecutivas a nivel de certámenes reconocidos por la Federación Internacional de Tenis (ITF), con la particularidad que durante esa racha no ganó ni siquiera un set.

Esta seguidilla de sinsabores se cortó en Reus, España, al vencer al estadounidense Arzhang Derkhshani 6-4 y 6-3 en la primera ronda de la clasificación. “Llamé enseguida a mis padres, primero le dije a mi madre que había perdido, pero después le dije que me pasara con mi padre y ya le dije que había ganado. Ha sido un respiro, sabía que podía hacerlo, pero a veces lo dudaba”, recordó al London Evening Standard. Esta proeza rápidamente recorrió el mundo y ocupó un lugar importante en varios medios, especialmente en Gran Bretaña, que no tardaron en señalarlo con injusticia como el peor tenista del mundo.

Casi sin quererlo desde lo profundo del ránking captó la atención de Federer, el número 1 del mundo y que en ese momento estaba jugando el Masters Series de Monte Carlo. Días después del triunfo de Dee, el suizo fue consultado al respecto en la conferencia de prensa tras su debut. Escuchó con atención el relato y mostró simpatía para con su colega (con diferencias abismales, es cierto, pero colega al fin) por el trato que le habían dado. Según contaba Barry Flatman en The Times, al día siguiente el ganador de 16 títulos de Grand Slam seguía preguntado por la situación del inglés y le envió palabras de aliento para que no baje los brazos.

robertdeenuevoniveltenisA Dee y a su familia el mote nos les cayó en gracia. Inmediatamente se empezaron a mover, en especial Alan, su padre, para revertir la concepción que pesaba sobre el tenista. Acompañado por una legión de abogados Alan hizo una presentación ante la Press Complaints Commission, encargada de la regulación de las publicaciones en Gran Bretaña, aduciendo que por el calificativo su hijo se había visto afectado psicológicamente y que esto perjudicaba su profesión. Además sostenía que, si bien el dato de los 54 derrotas era real, no se consignaba que paralelamente había ganado más de 20 partidos en competencias organizadas por la Real Federación Española de Tenis (RFET) y que estaban por fuera del paraguas de la ITF.

Algunos medios, como el sitio de la BBC o The Guardian, días más tarde publicaron una disculpa con una aclaración del tema. Otros, en cambio, no lo hicieron y por eso comenzaron con los juicios.

Dee, cuya mejor ubicación en el ránking ATP fue 1466 el 16 de mayo de 2005, decidió instalarse en España y ser un habitual competidor de los certámenes organizados por la RFET. Esporádicamente aparece intentando pasar la clasificación en un Future. “Muchos son grandes torneos españoles que pueden llegar entregar 5.000 euros para el ganador, que es más de lo dan algunos Challenger de segunda línea. Además hay muchos muy buenos jugadores compitiendo”, explicó el tenista que entrena en la academia del Club Costa Este, fundada por Daniel Dios, uno de sus entrenadores.

Al inglés no le importan ni los tropezones ni las burlas que ha recibido porque no se da por vencido y tiene las ideas muy claras: “soy muy determinado. Me levanto a la mañana y hago esto porque amo al tenis. No intento llegar a la cima del mundo, pero siempre trato de hacer lo mejor para mejorar. Sé que si lo sigo intentando voy a tener mi oportunidad”.

Durante este 2009 no tuvo resultados demasiados destacados. A nivel local jugó varias clasificaciones, ingresando casi siempre al cuadro principal, y en el ámbito internacional sólo ha logrado 1 victoria sobre 8 presentaciones. En total bajo el ala de la ITF Dee registra 3 triunfos. Actualmente no tiene ránking.

La mejor definición sobre este antihéroe del tenis la entregó Fraser Wright, director del Club La Manga, primer sitio que acogió al británico en España: “seguramente él no hará una fortuna jugando al tenis, pero ¿cuál es el problema con la vida que esta viviendo? No todos en la vida pueden ser campeones, pero nadie debe dejar de intentarlo”. A pesar de todas las trabas Dee sigue adelante incasablemente. Y esta bien que así sea.

Foto 1 y 2: Robert Dee (Sitio oficial de Robert Dee/Nuevo Nivel Tenis)

Fuentes/Links relacionados

No joke for jolly Robert Dee (The Times)

El peor tenista del mundo (El Mundo)

No le llamen el peor tenista del mundo (El Mundo)

Sitio oficial de Robert Dee

Disculpas de la Agencia Reuters

Todos los partidos de Robert Dee (ITF)

Perfil de Robert Dee (ATP)

Nominado

Este blog que alguna vez empezó como una aventura para despuntar el vicio de escribir fue nominado para los premios Estimulo 2009 al periodismo joven que entrega Tea y Deportea en la categoría Blogs y Sitios de Internet. Los otros candidatos son verdaderos pesos pesados y que, en algún caso, han servido de influencia a Historias Deportivas. Ellos son: Fue Buena, TicEspor, La pelota no dobla, Dame Pelota, ValeChumbar, RugbyFun, El Circuito Cerrado y La Legión Argentina.

La verdad que no sé que pasará cuando se entreguen los premios el 24 de noviembre en la Sala Pablo Picasso del Paseo la Plaza, pero, aunque suene trillado, figurar entre los candidatos es un verdadero orgullo para un blog modesto y que se hace con mucho esfuerzo y dedicación.